Cuesta arriba la participación de las mujeres


La participación polí­tica de la mujer en Guatemala en los distintos puestos de elección popular y de dirección en sus respectivos partidos polí­ticos es minúscula y según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFP), Guatemala ocupa uno de los últimos lugares, apenas el 8% en el Congreso de la República y 2.7% en los gobiernos locales (alcaldesas), no obstante, que las féminas constituyen más del 50% de la población.


En esta legislatura, la Ley Electoral fue modificada dos veces y ninguna de las corrientes polí­ticas mocionó para introducir en esta legislación de rango constitucional una norma para establecer un sistema de cuotas y garantizar de tal manera un porcentaje de representación de mujeres en los distintos puestos de elección popular.

Curiosamente fueron las parlamentarias en su mayorí­a quienes se pronunciaron en contra de una reforma a la ley de esa naturaleza, vigente en Costa Rica y Honduras, toda vez que prevaleció el criterio en el sentido que no necesitan de ese privilegio, porque ellas mismas son ejemplo de que con trabajo y convicción pueden ganarse a pulso un espacio, tanto en un cargo público como en sus respectivas organizaciones polí­ticas.

Algunos partidos polí­ticos a lo interno están haciendo un esfuerzo por revertir esa tendencia, abriendo la participación de las mujeres, no sólo en los puestos de elección popular, sino también en sus órganos de dirección, pero estará por verse la reacción del electorado en un paí­s, donde reina el status quo del patriarcado, con mayor énfasis en las áreas rurales.

En el Legislativo

En el Legislativo, 15 son las mujeres y el partido polí­tico que más representación de las féminas tiene es el FRG: Gloria de Duarte, Lucrecia Marroquí­n de Palomo, Aura Marina Otzoy, Rosenda Pérez, Myrna Ponce y Zury Rí­os.

Gana: Virna López, Independientes; Marí­a Concepción Reinhardt; Encuentro por Guatemala, Nineth Montenegro; PAN, Conchita Mazariegos y Jeannette Pérez; Partido Patriota, Roxana Baldetti y Anabella De León; UNE, Lilian Elizabeth Donis y URNG, Alba Estela Maldonado.

En el Ejecutivo

En el Ejecutivo, tampoco es la excepción. Según Luis Mora, asesor regional en Género y Masculinidades del UNFPA, en América Latina, el total de ministras se aproxima al 15%- Las ministras continúan concentradas en los campos social en un 14%; legal, 9.4%; económico, 4.1% y polí­tico, 3.4%, afirma el experto de las Naciones Unidas.

En Guatemala, de un total de 12 ministerios, tres mujeres conforman el gabinete: Marí­a del Carmen Aceña, ministra de Educación; Carmen Urí­zar, ministra de Energí­a y Minas y Adela Torrebiarte, ministra de Gobernación y de 13 secretarí­as, seis las presiden mujeres.

En las municipalidades

En los gobiernos locales la situación es más dramática. De las 332 corporaciones municipales, sólo ocho son alcaldesas: Edna Beatriz Figueroa, San Pedro Yepocapa, Chimaltenango; Marí­a Luisa Peñalonzo, San Cristóbal, Totonicapán; Silvia Robles, Génova, Quetzaltenango; Marina de Godoy, Retalhuleu; Olga Barrios Barrios, San Felipe, Retalhuleu; Edelina Narcizo De León, Ocós, San Marcos; Aura Marina Solano, San Pablo, San Marcos; Teresa Casanova Trujillo, (madre de Sandra de Colom) Melchor de Mencos, Petén. Según el consultor Mora, Guatemala tiene el í­ndice más bajo a nivel centroamericano, 2.7%.

COSTOS SOCIOECONí“MICOS DEL MACHISMO

Una de cada tres mujeres ha sido ví­ctima de violencia en algún momento de su vida.

Con relación a costos no monetarios de la violencia doméstica, se estima que anualmente hay nueve millones de años de vida saludable perdidos en el mundo por concepto de violaciones y violencia doméstica, una cifra mayor al total de mujeres ví­ctimas de todos los tipos de cáncer y más del doble del total de años de vida saludables perdidos por mujeres en accidentes vehiculares.

En Managua, Nicaragua, las mujeres que sufren violencia fí­sica grave ganan sólo el 57% de lo que ganan las mujeres que no sufren abusos y estas pérdidas constituyeron aproximadamente el 1.6% del PIB de 1996.