El costarricense Johnny Cubero se convirtió en el héroe del equipo de Xelajú al marcar tres de los cuatro goles con que su equipo venció (4-1) al Marquense y coronarse campeón del torneo de Clausura del fútbol guatemalteco.
El tico, nacionalizado guatemalteco, marcó de cabeza a los 9 y 14 minutos de juego y al 60 al rematar de larga distancia para hacer una verdadera joya y enmudecer a unos 15 mil aficionados que abarrotaron el estadio Marquesa de la Ensenada de San Marcos.
Con este triunfo, los once de Carlos Jurado no sólo cantaron la luna de Xelajú en terreno ajeno, sino que consiguieron su cuarto título (1962, 1980 y 1996) en la historia de los Superchivos.
Los quetzaltecos sacaron la fuerza, el coraje y la garra para sobreponerse a un marcador adverso, la constante lluvia que empapó el coloso de San Marcos y por supuesto a la gran cantidad de aficionados amarillos que se hicieron presente en los graderíos para apoyar y celebrar a lo grande el triunfo de Marquense sin imaginar nunca que la fiesta del pasado sábado se teñiría de rojo.
La otra diana fue producto del brasileño también nacionalizado guatemalteco, Israel de Silva, a los 43’ de las acciones, mientras que el descuento de los leones se dio por intermedio del criollo Dwigth Pezzarossi al minuto 59.
Marquense se presentó al juego muy confiado y la pagó caro pues en el primer partido, disputado el pasado jueves, había ganado por la mínima diferencia (0-1) y esperaba obtener un resultado favorable en su propio feudo, pero nunca se imaginó recibir una goleada.
Claro está que los occidentales sacan el cuarto título en su historia, pero nunca ha gozado de las mieles de ganar un título en la liga mayor desde su creación en 1958.
Xelajú será el segundo representante del balompié chapín en el próximo torneo de la Unión Centroamericana de Fútbol ?UNCAF-, por tanto que la primera plaza ya fue adquirida por el pentacampeón, Municipal.