Cuba sella relaciones


El representante cubano Esteban Lazo, tras firmar el documento que reanuda las relaciones diplomáticas entre Cuba y El Salvador.

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<p>Medio siglo después de enfrentar la ruptura masiva de ví­nculos en América Latina bajo presión de Washington, el gobierno comunista de Cuba llega a tener relaciones plenas en toda la región, al reanudar este lunes El Salvador nexos diplomáticos poco después de la investidura de Mauricio Funes.</p>
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«De inmediato se establecerán los ví­nculos diplomáticos, culturales y comerciales con la hermana nación de Cuba», habí­a anunciado Funes en su discurso de investidura, ante la presencia de la secretaria de Estado Hillary Clinton y de presidentes latinoamericanos.

El nuevo canciller salvadoreño, Hugo Martí­nez, y el vice ministro cubano de Relaciones Exteriores, Alejandro González, firmaron el documento por el que se restablecen los ví­nculos rotos en 1961, en un acto al que asistieron Funes y el vicepresidente de Cuba, Esteban Lazo.

«En ningún momento se debieron romper las relaciones con Cuba», dijo Martí­nez, en su primera actividad como canciller.

Al anunciar su decisión Funes, primer presidente de izquierda en la historia de El Salvador, destacó que ésta respondí­a a la «coherencia» de su gobierno «progresista y pluralista».

El Salvador era el único paí­s latinoamericano sin reanudar relaciones con Cuba -luego de que en marzo lo hiciera Costa Rica-, y en el continente ahora sólo queda Estados Unidos, sometido, como nunca antes, al reclamo de los gobiernos de la región para que cambie la polí­tica hacia la isla.

El hecho tiene lugar en ví­spera de que la Organización de Estados Americanos (OEA) debata en su Asamblea General en la ciudad hondureña de San Pedro Sula si Cuba debe o no volver al organismo, del que fue suspendido en 1962 por su régimen comunista.

Aunque Cuba rechaza tajantemente un retorno a la OEA, por considerarla instrumento de Estados Unidos, los paí­ses latinoamericanos ven una anulación de la resolución de 1962 como la «reparación de un error histórico», pero Washington cree que no debe ser reincorporada mientras no de señales de apertura democrática y respeto de las libertades.

No obstante, el presidente Barack Obama, quien reconoció en abril en la Cumbre de las Américas que fracasó la polí­tica de Estados Unidos hacia Cuba, liberó los viajes de cubanoestadounidenses y enví­o de remesas, y ofreció a la isla iniciar un diálogo sobre migración, aunque no promete poner fin al embargo.

Gobernantes latinoamericanos dejaron en claro a Obama que las relaciones de Estados Unidos con la región se medirán en buena parte por un acercamiento entre Washington y La Habana.

Raúl Castro, quien al asumir el mando hace tres años por la enfermedad de su hermano Fidel, abrió expectativas de cambios, recibió un rotundo respaldo en la cumbre latinoamericana en Brasil en diciembre pasado, que condenó el embargo norteamericano y sumó a la isla al Grupo de Rí­o.

En un hecho sin precedentes en 50 años de revolución, Cuba ha recibido este año a una decena de presidentes de América Latina. El martes se espera al paraguayo Fernando Lugo y no se descarta una pronta visita de Funes, dijo una fuente diplomática a la AFP.

«El escenario actual es bien diferente. El amo y su instrumento se quedaron solos. Cuba ha roto el aislamiento impuesto por la OEA y su mentor», afirmó un artí­culo del diario oficial Granma este lunes.

Desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro, el 1 de enero de 1959, Cuba tuvo una turbulenta historia diplomática con el resto del continente, con una larga serie de choques, congelamientos y reconciliaciones.

En plena Guerra Frí­a, a instancias de Estados Unidos, que rompió relaciones con la isla en 1961, entre ese año y 1964 se produjo una oleada de rupturas -con las excepciones de México y Canadá- para aislar a Cuba, cuyo régimen apoyó a guerrillas y grupos izquierdistas en los años 60, 70 y 80.

Un lento proceso de restablecimiento de relaciones con los paí­ses de América Latina comenzó por el Caribe en los años 70, siguió en América del Sur tras la salida de las dictaduras militares o gobiernos de derecha y culminó estos años en Centroamérica.