Cuba seduce empresarios de EE.UU.


Negociaciones. Un restaurante con la temática de los Beattles, en Cuba. La isla recibió ayer a funcionarios estadounidenses para negociar relaciones comerciales.

Cuba endulzó el paladar de los empresarios de Estados Unidos que negocian venta de alimentos en La Habana, al asegurar que, con un levantamiento del embargo, el comercio aumentarí­a en 21.000 millones de dólares en los primeros cinco años.


«En los primeros cinco años de normalización del comercio y los viajes con Estados Unidos se puede registrar un incremento de bienes y servicios de unos 21 mil millones de dólares», dijo el presidente del monopolio estatal cubano Alimport, Pedro Alvarez.

Un total de 265 empresarios y polí­ticos de 114 compañí­as de 25 estados negocian en La Habana ventas a Cuba para el segundo semestre de este año, por entre 100 y 150 millones de dólares.

En la ronda participan también los representantes demócratas Rosa DeLauro (Connecticut), Marion Berry (Arkansas) y Bob Etheridge (Carolina del Norte), así­ como los republicanos Rodney Alexander (Louisiana) y Jack Kingstan (Georgia).

«El incremento no serí­a en detrimento de las actuales relaciones comerciales con otros paí­ses», dijo el presidente de Alimport, compañí­a que importa en la actualidad 1.600 millones de dólares anuales en alimentos, de ellos 570 con Estados Unidos en 2006.

Según Alvarez, el dinero para incrementar sustancialmente las compras saldrí­a de «la eliminación de las restricciones a los viajes de los ciudadanos norteamericanos a Cuba» pues «una parte considerable de esos ingresos se destinarí­an a la compra de alimentos».

Añadió más miel: «Cuba está abierta a un proceso inversionista en diferentes sectores incluyendo nuestra industria molinera y de almacenes que de conjunto podrí­amos trabajar si no existieran las actuales restricciones».

Alvarez tuvo eco entre los empresarios estadounidenses de visita en La Habana. «Estamos perdiendo 2.000 millones de dólares al año por no tener acceso al mercado cubano», dijo Marvin Det Mer, presidente de la Federación de Productores de Arroz de Estados Unidos.

El presidente de Alimport advirtió a los empresarios norteamericanos que Washington, con el incremento de restricciones a Cuba, crea «condiciones que benefician a la competencia y perjudican al productor y el exportador norteamericano».

«Estas restricciones hoy están afectando el incremento de las compras por la inseguridad en el suministro a nuestro paí­s», añadió.

John Newcombe, algodonero de Mississippi, dijo esperar que el presidente George W. Bush «acabe con este embargo, abra el comercio y los viajes entre los dos paí­ses».

Estados Unidos mantiene un embargo económico sobre Cuba desde 1962, que La Habana afirma es el más largo de la historia y que le ha dejado pérdidas por más de 86.000 millones de dólares.

El Congreso norteamericano aprobó en 2000 las ventas de alimentos y medicinas a Cuba condicionadas al pago al contado y la transportación en barcos no cubanos y, en diciembre de 2001, tras un intercambio de ofertas humanitarias, comenzaron las transacciones alimentarias.

Desde entonces a la fecha se adquirieron 7,8 millones de toneladas de alimentos (trigo, maí­z, arroz, complejo de soja, chí­charos, garbanzos, lentejas, frijoles, entre otros), papel y madera, por 2.431 millones de dólares contratados.

En la mayorí­a de sus 13 artí­culos de prensa publicados desde el 29 de marzo, el convaleciente presidente Fidel Castro ha fustigado duramente el plan del gobierno de Bush de fabricar etanol en base a alimentos.

En consonancia con Castro, Alvarez dijo a los estadounidenses que Cuba «tiene una gran preocupación por la repercusión que ha tenido en el mundo destinar una gran parte de la producción de alimentos para la producción de etanol y su impacto en los niveles de precios del maí­z, la soya y otros cultivos».