Cuba espera la mejor cosecha de la última década pese a los huracanes


Un trabajador cubano inspecciona las hojas de tabaco que han sido puestas a secar. FOTO LA HORA: AFP ADALBERTO ROQUE

Recuperada del azote de dos huracanes, la región de Vuelta Abajo, tierra del mundialmente apreciado tabaco cubano, vive estos dí­as una febril recolecta de la hoja con que los vegueros prometen la mejor cosecha del último decenio.


Momento de la preparación de las hojas de tabaco, previo a su deshidratación. FOTO LA HORA: AFP ADALBERTO ROQUECampesinos realizan su trabajo en la plantación de tabaco de San Juan y Martí­nez, provincia de Pinar del Rí­o en Cuba. FOTO LA HORA: AFP ADALBERTO ROQUE

El verdor de los extensos campos y el ajetreo de campesinos en Vuelta Abajo, en la provincia de Pinar del Rí­o (extremo oeste), contrastan con el panorama desolador que dejaron en la principal región tabacalera de la isla los ciclones Ike y Gustav entre el 9 de agosto y el 30 de septiembre.

Los huracanes dañaron total o parcialmente unas 8 mil casas de curación, frágiles construcciones de madera, donde las hojas se cuelgan atadas a palos para que el aire las seque a la sombra, una centenaria tradición que imprime sabor y calidad a los puros.

A esa destrucción, que puso a la industria tabacalera cubana en alarma, sobrevino en octubre una época de prolongada lluvia que retrasó la preparación de las tierras, dañó semilleros y obligó a precipitar la siembra sin el escalonamiento adecuado. De ahí­ que muchos pensaban que la cosecha de este año no serí­a buena.

«Los ciclones acabaron con nosotros», pero «siempre que pasa algo malo, debe venir algo bueno», aseguró con filosofí­a de guajiro (campesino), Francisco Milián (Pancho), de 63 años, y uno de los mayores productores de San Juan y Martí­nez, pueblito que junto con el de San Luis y una zona al este de la provincia, conforman Vuelta Abajo.

Coincidiendo con los productores, Pedro Luis Monterrey, director de la empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco de San Juan y Martí­nez, sostiene que la cosecha superará a la de muchos años, aunque no llegará al récord de 105 mil quintales (sacos de 46 kilos), que data de finales de los 80.

«Esperamos recoger unos 83 mil quintales -el año pasado fueron 67.000-. La materia prima para los habanos está asegurada», sentenció, al subrayar que después de la recolección, la hoja debe pasar un largo proceso industrial de casi dos años antes de llegar al mercado como puro torcido.

Gracias a una combinación única de suelos, humedad, temperatura y una centenaria tradición, esas vegas aportan la mejor hoja de tabaco del mundo, que son utilizadas en la elaboración de las principales marcas de habanos -en total 27, más de 220 vitolas (modelos de puros)-, entre ellas Cohiba, Montecristo y Hoyos de Monterrey.

Juan Guerra, de 73 años y uno de los 40 obreros agrí­colas que trabajan en la finca de Milián, dijo que durante la actual campaña «se ha trabajado muy duro, durí­simo», pero también se contó con el «beneficio de la naturaleza».

A la mala racha siguió un perí­odo de seca en que el tabaco no fue además afectado por las enfermedades tí­picas, lo que favoreció a la planta, casi de forma misteriosa.

«El tabaco tiene bastante grasa y buen tamaño, mientras más grasa tiene la hoja, mejor sabor tiene el tabaco. La cosecha de este año va a ser superior, no sólo a la del año pasado, sino a muchas otras», explicó Pancho, quien pierde el apetito y duerme mal debido a la ansiedad por la cosecha.

«Con o sin ciclón, y con favor de Dios, no va a faltar la materia prima para los habanos», añadió.

Aunque la cosecha será muy buena, el mercado está afectado actualmente por la crisis económica, que se unió a las limitaciones de las leyes antitabaco que se impulsan en los grandes mercados del habano.

Cuba vendió 390 millones de dólares en puros en 2008, 3% menos que el año anterior, y espera un 2009 complicado, según los ejecutivos de la anglo-cubana Habanos S.A, su comercializadora exclusiva.

«Con o sin ciclón, y con favor de Dios, no va a faltar la materia prima para los habanos».

Francisco Milián, campesino-productor de tabaco