Cuba espera al número dos del Vaticano


Hace diez años, el entonces Papa, Juan Pablo II, visitó Cuba, buscando reavivar la llama del catolicismo en ese paí­s.

Cuba espera la visita del 20 al 26 de febrero del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quien se encontrará con Raúl Castro, para conmemorar oficialmente el histórico viaje del Papa Juan Pablo II a Cuba a fines de enero de 1998.


La Iglesia católica y el Gobierno comunista están reservando energí­as para esa visita que requerirá desplazamientos de cientos de kilómetros por cuatro provincias y movilización de miles de fieles para las misas y actos en que participará el número dos del Vaticano.

Sin embargo, se espera que a partir de mañana se den recordatorios espontáneos en templos y comunidades cristianas, pues la visita de Juan Pablo II, que se efectuó del 21 al 25 de enero de 1998, «marcó la vida de la Iglesia en Cuba y nuestra historia como nación», dijo en entrevista reciente el cardenal cubano Jaime Ortega.

Bertone se entrevistará con el presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, y otras autoridades, según se anunció Roma, pero no se descarta un encuentro con el lí­der Fidel Castro, convaleciente hace casi 18 meses de una grave crisis intestinal que lo mantiene alejado del poder.

Fidel Castro y Bertone se conocieron en La Habana en octubre de 2005, cuando el entonces arzobispo de Génova realizó una visita pastoral a la isla, en la cual recorrió también las ciudades de Santa Clara (centro) y Santiago de Cuba (segunda del paí­s, sudeste).

En ese encuentro el mandatario cubano pidió al cardenal que fuera «el portavoz» de una invitación a Benedicto XVI para visitar a la isla, según contó el propio Bertone, quien opinó que Castro es una persona muy interesada en los asuntos de la Iglesia Católica.

Castro «dijo claramente que está convencido de que la Iglesia es la institución social más cercana al pueblo», declaró Bertone a la revista italiana Il consulente Re.

Bertone, que llegará la noche del 20 de febrero, oficiará una misa en la catedral de La Habana al dí­a siguiente, para viajar el 22 a Santa Clara (280 km al este de La Habana), donde inaugurará un monumento a Juan Pablo II. En ese mismo lugar, el Papa pronunció su primera homilí­a en Cuba, dedicada a la familia.

Bertone seguirá viaje el 23 hasta Santiago de Cuba, 900 km al sudeste de La Habana, provincia donde visitará el Santuario de la Caridad del Cobre, virgen mulata y patrona nacional, cuya imagen bendijo Juan Pablo II.

Un dí­a después el cardenal estará en Guantánamo, una provincia montañosa en el extremo este de Cuba, en la cual radica la diócesis Guantánamo-Baracoa creada por Juan Pablo II en su histórica visita.

En la capital provincial, donde habitan muchos descendientes de haitianos, jamaiquinos y otros caribeños emigrados a Cuba en diferentes épocas, Bertone oficiará una misa campal en una plaza, para la cual el obispo Wilfredo Pino, lanzó esta semana una invitación pública a los fieles.

«Todos damos gracias a Dios por tal acontecimiento y deseamos que usted nos acompañe en esta alegrí­a», dijo la invitación de Pino, publicada en Internet por la Conferencia de Obispos de Cuba.

Los últimos dos dí­as, 25 y 26 de febrero, serán dedicados a encuentros oficiales de alto nivel en La Habana.

El encuentro de Castro con el presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva esta semana reavivó las expectativas de un encuentro con Bertone, toda vez que Lula lo encontró «con una lucidez increí­ble (…) con una salud impecable», listo para «asumir su papel polí­tico en Cuba».

Diez años después del llamado papal que «Cuba se abra al mundo y el mundo de abra a Cuba», la visita de Bertone, según autoridades eclesiales, mejorarí­a el clima de las relaciones Iglesia-Estado, ondulantes en medio siglo, pero con un moderado acercamiento en el último decenio.