No pasa un día sin que los guatemaltecos dejemos de apreciar decisiones de nuestras autoridades que sin ningún buen razonamiento nos han ido sepultando las esperanzas de llegar a vivir en un país sin anacronismos y sin visos de subdesarrollo. La noticia de que Taiwán nos regalarían US $10 millones para comprar el viejo edificio del Hotel Ritz Continental, otro frente a Casa Larrazábal y otros vecinos a la vieja edificación del Congreso de la República, aduciendo que eso traería como consecuencia ahorrarnos Q12 millones que anualmente se despilfarran en alquileres de otros edificios cercanos, poco útiles para albergar a 158 diputados que en mala hora nos heredaron sus antecesores, nos vino a demostrar lo mal que manejamos los fondos públicos.
Si algún día sentáramos cabeza, las decisiones en los organismos del Estado tendrían que ser muy distintas. Por ejemplo, ¿cuánto dinero se ahorraría el país, si solo tuviéramos 60 diputados que bastan y sobran para la baja y deficiente productividad del Organismo Legislativo? ¿Se imaginarán los estimados lectores cuántos beneficios traería para nuestra sociedad montar con más de Q80 millones un hospital de cualquiera de las especialidades necesarias para desahogar el San Juan de Dios, que sigue diariamente al pie del colapso, no digamos para evitar que le siga pasando lo mismo al Hospital Roosevelt? Solo dos ejemplos, cuando bien sabemos que abundan miles sobre educación, seguridad y tantos más servicios esenciales que siguen carentes de recursos. Para racionalizar el gasto público y administrar bien los fondos públicos no se necesita más que buen sentido común y quitarse de la cabeza la politiquería, lo que ha venido haciendo el populista «gobierno de Colom» para prorrogar el ejercicio del poder por cuatro años más. Tan solo basta aplicar un estricto orden de prioridades, unido a un denodado afán de lograr el bien común. ¿Quién con dos dedos de frente no sabe que gastar o invertir en un Congreso costoso e inoperante es igual a dejar ir dinero por el desagí¼e, cuando estaría infinitamente mejor utilizado en obras cuyo propósito fuera sacarnos del atraso y la ignorancia y, una vez logrado, sentar las bases para nuestro desarrollo? Pienso que de alguna manera el pueblo de Taiwán debiera estar plenamente enterado que sus tributos en Guatemala han estado siendo canalizados a través de la casta política, poco escrupulosa y cada vez más inconsciente de las necesidades de nuestro conglomerado social. El gobierno taiwanés es ampliamente conocido por su desprendimiento monetario para quedar bien con la casta política imperante a base de dádivas, viajes turísticos y concesiones poco ortodoxas, cuando debiera preocuparles una transparencia total de sus donaciones y no ser utilizadas en mantener costosos aparatos burocráticos y administrativos que para lo único que sirven es para hacer componendas con politiqueros enquistados en cargos de elección popular que solo buscan satisfacer personales intereses.