La población lleva tiempo de no escuchar del Presidente, Vicepresidente, Congreso, a los alcaldes, en especial al del municipio de Guatemala la manera en que piensan resolver la escasez del agua, vital líquido que desespera con mayor intensidad a los pobladores durante el período del verano, también llamado «época seca», aunque ello no signifique que durante la mayoría del año la demanda sea satisfecha. ¿Por qué será que tanto encaramado al zapotal lo primero que hace es borrar de sus agendas el tema de la escasez del agua? , ¿será que con sus cuantiosas remuneraciones lo primero que hacen es invertir en una tremenda cisterna o será que siendo Guatemala un país en donde predomina el tráfico de influencias, se ponen a moverlas para darle prioridad al sitio en donde tienen sus residencias u oficinas?
Recientemente, una linda tarde me encaminaba hacia una reunión por la Avenida La Reforma, disfrutando de su frondoso panorama, por lo que al llegar comenté su privilegio. La primera opinión fue -es que la riegan todos los días, otro dijo -¡ojalá igual trato mereciera la zona 6! Y no tardó quien dijera -esa es la ruta que más usan los encopetados y de ahí desprendió la discusión que siempre se arma, porque nuestros políticos solo realizan aquellas actividades que sean notorias, para que se vean más, evidentes ante las cámaras fotográficas y de video de la prensa comprometida con el de turno, dejando de lado lo más importante y hasta de carácter vital.
No he olvidado la vez que me tocó entrevistar en un programa de radio al ingeniero Eddy Sánchez, ahora Director del Insivumeh y que en otros tiempos trabajó en la Municipalidad capitalina, precisamente en el campo del agua potable, porque entonces fue enfático en asegurar que el problema de escasez de agua en la capital no radica en las redes de abastecimiento, sino en la mala distribución del producto, cosa que me trajo a la memoria cuando el ex alcalde Lee dispuso levantar el asfalto de varias calles y avenidas, entre otras, la 12 calle de la zona 1, poniendo a la vista de los vecinos las tuberías oxidadas y rotas que hoy siguen igual, causa de que se siga desperdiciando ingratamente.
Por ello que pregunto: ¿no es todavía oportuno poner sobre el tapete la real y verdadera distribución del agua potable, para saber a ciencia cierta a qué atenernos y los planes que se podrían llevar a cabo con mayor probabilidad de éxito? No, por favor, que no se me vaya a malentender, la población no quiere seguir siendo víctima de mentiras, engaños o de falsas expectativas (que vaya si no hemos tenido suficientes) lo que urge, es tomar conciencia de cuál es la realidad y a qué debiéramos atenernos.