Crudo sigue en racha de récords


Chinya Onyewemjo pone el valor de 30 USD de combustible en su Hummer en Miami la Playa, Florida. Máximos de registro de golpe de precios de petróleo encima de 102 dólares sobre el comercio conducido por un dólar estadounidense.

El petróleo batió esta semana récord tras récord, superando los 103 dólares el barril, favorecido por la imparable caí­da del dólar, que no resiste la reducción de tasas en esa divisa que realiza la Reserva Federal estadounidense para evitar una recesión en la primera economí­a mundial.


Una bomba de combustible muestra una venta de 58.74 USD en una gasolinera en Miami la Playa, Florida.

El precio del barril de crudo registró una semana histórica en Nueva York: superó sucesivamente las barras de 101, 102, y 103 dólares, alcanzando 103,05 dólares ayer por la mañana en las operaciones electrónicas previas a la apertura y cerrando en 101,84 dólares.

En Londres, el Brent del mar del Norte alcanzó el jueves otro techo histórico, en 101,27 dolares y cerró el viernes en 100,10 dólares.

Los precios del oro negro se mantendrán en esos niveles, estimó Bart Melek, analista de BMO Capital, porque «el dólar continuará bajo en relación a las principales divisas, la OPEP (Organización de Paí­ses Exportadores de Petróleo) no va a aumentar su producción y hay aquí­ y allá perturbaciones de la oferta».

La OPEP, que produce 40% del crudo mundial, mantendrí­a su nivel de producción en la reunión de la semana próxima si los precios continúan cerca de los 100 dólares, dijo ayer el ministro en funciones del Petróleo libio, Chukri Ghanem.

«No creo que hagamos nada si los precios se mantienen» en estos niveles, como se espera, dijo Ghanem.

Los 13 miembros de la OPEP, incluido Libia, se reunirán el 5 de marzo para considerar su actual techo de producción de 29,67 millones de barriles diarios, sin contar el aporte de Irak.

Iimportantes miembros del cártel como Irán y Venezuela llamaron a reducir la producción, en previsión de una caí­da de la demanda en el segundo semestre. Según analistas, este llamado a bajar las cuotas contribuyó en gran parte al incremento de los precios del crudo registrado esta semana.

Ecuador, quinto productor sudamericano de crudo, con algo más de 500.000 barriles diarios, que el jueves habí­a anunciado la suspensión temporaria de sus exportaciones luego de la ruptura de un oleoducto, señaló luego que estas no se verí­an afectadas finalmente.

A estos factores coyunturales se suma el hecho de que, descendiendo a más de 1,52 dólar por euro, el dólar, moneda en la que cotiza el petróleo, hace al crudo más barato y atrae a los inversores que cuentan con otras divisas, subrayan los analistas.

«Un dólar más débil hace que las materias primas comercializadas en dólares sean más atractivas para los inversores que compran con otras monedas», insistieron los analistas del gabinete independiente John Hall.

«Todo esto es parte de una amplia corrida hacia las materias primas originada en la debilidad del dólar», concordó el analista Olivier Jakob, de Petromatrix, refiriéndose a los records alcanzados en los últimos dí­as por el oro, el trigo, el maí­z y la soja.

«Sin embargo, los persistentes temores económicos y la aversión al riesgo podrí­an desencadenar una corrección en los ascendentes precios del crudo, dado que los inversores temen que un menor crecimiento afecte las expectativas de crecimiento global y limite la demanda de energí­a», advirtió el analista Andrey Kryuchenkov, de Sucden.

Los temores sobre el riesgo de una mayor desaceleración de la economí­a y un alza de las presiones inflacionarias ponen a la Reserva Federal (Fed) ante un serio dilema, porque cada uno de ellos requiere en teorí­a remedios contradictorios: reducir las tasas para sostener la actividad y aumentarlas para contener el alza de precios.

Si bien el presidente de la Fed Ben Bernanke descartó esta semana la posibilidad de una estanflación, describió sin embargo una situación que evoca inevitablemente la conjunción de ausencia de crecimiento y alza de la inflación, tí­pica de ese fenómeno.

«Estamos enfrentando una situación en la que tenemos simultaneamente una desaceleración en la economí­a, tensión en los mercados financieros y presión inflacionaria por los precios de los artí­culos de importación», admitió.

«Cada uno de estos factores representa un desafí­o. Tenemos que hacer nuestra polí­tica intentando equilibrar estos diversos riesgos de forma que logremos la mejor salida posible para la economí­a estadounidense», resumió Bernanke en el Congreso.