El partido socialista del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se juega el control de dos regiones en las elecciones de mañana en el País Vasco (norte), con un ejecutivo nacionalista, y en Galicia (noroeste), donde ya gobierna.
Gallegos y vascos eligen los 75 diputados con que cuenta cada parlamento regional, que deberá votar a su vez al nuevo presidente del gobierno de cada región. Ello dependerá más de las alianzas entre partidos que de qué formación salga ganadora.
En Galicia, los sondeos predicen que los 2,6 millones de personas llamadas a votar volverán a hacerlo mayoritariamente por el conservador Partido Popular (PP), que gobernó la región durante 24 años.
El PP también ganó en los comicios pasados, pero socialistas y nacionalistas se aliaron para formar gobierno y esperan conservarlo.
«Cada voto puede valer un gobierno», llamó a votar Zapatero en un mitin de cierre de campaña en Galicia anoche.
«Los socialistas son un peligro para administrar la economía» y «España es donde se genera más paro», denunció por su parte en Pontevedra (Galicia) el líder del PP, Mariano Rajoy, en referencia a la crisis económica que afecta con intensidad a España y que ha estado presente en la campaña.
Una encuesta del diario La Voz de Galicia de ayer sitúa al PP a dos escaños de la mayoría absoluta, con 36, uno menos que hace cuatro años, pérdida que puede deberse al escándalo de corrupción que sufre desde hace unas semanas.
La justicia investiga una red de tráfico de influencias entre empresarios vinculados al PP y varios cargos o ex cargos locales de ese partido en Madrid y Valencia (este).
Garzón ha imputado a 37 personas, entre ellas un alcalde y un ex alcalde del PP, y también podrían estar implicados varios parlamentarios.
Hay tres detenidos y han dimitido de sus cargos un alcalde y una concejal de una localidad madrileña y un consejero del gobierno de esa región.
El PP, que ha presentado una demanda contra el juez español por «prevaricación», pidió que Garzón remita el caso a otro tribunal porque no es de su competencia, ya que hay cargos políticos implicados.
Los conservadores también exigen que Garzón se aparte del caso porque recientemente coincidió en una cacería con el ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, que dimitió el lunes.
En el País Vasco, 1,78 millones de personas podrían romper el empate que predicen las encuestas entre socialistas y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna la región desde hace 29 años.
El Partido Socialista de Euskadi (PSE) ya ha formado parte del gobierno vasco en dos ocasiones, pero aunque ganó una vez los comicios, nunca ha presidido la región.
Por primera vez no se presentan a unas elecciones regionales vascas los partidos independentistas radicales, ya que la justicia española los ha ilegalizado por sus vínculos con el entorno de la organización independentista armada vasca ETA.
Sus simpatizantes seguirán sin embargo el llamado de esas formaciones a votar con papeletas nulas.
ETA, que el martes atentó contra un local socialista vasco, emitió ayer un comunicado en el que declara las elecciones «antidemocráticas» y llama a denunciar esto en las urnas.