El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, que presidirá la reunión, estará acompañado por los directores políticos del 5 1 (China, Rusia, Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania), indicó una fuente diplomática europea.
Todos ellos se reunirán por la mañana con el negociador iraní Said Jalili. Es la primera reunión que mantienen en Suiza desde julio de 2008, precisó.
El grupo de los 5 1 desea obtener garantías sobre el programa nuclear iraní que sospechan que tiene fines militares, lo que Irán desmiente.
La cuestión es crucial tras la revelación el viernes de la existencia de una segunda planta de enriquecimiento de uranio en Irán. La construcción de ésta sólo fue comunicada a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) el 21 de septiembre.
Este anuncio desencadenó una oleada de reacciones de los países occidentales, ya que esta planta está adaptada, según expertos, para la utilización militar, lo que refuerza las sospechas occidentales respecto a las intenciones de Irán de dotarse del arma atómica.
La reacción norteamericana fue tanto más fuerte cuanto que Washington había mostrado en los últimos meses un cambio de estrategia con respecto a Irán.
Desde que llegó a la presidencia, Barack Obama, convencido de que la política de sanciones es ineficaz, tendió a Irán la mano del diálogo. Y, para apoyar esa nueva política, Obama se esforzó en obtener un respaldo de Rusia, la única gran potencia capaz de hablar con Irán.
La demostración de fuerza del gobierno iraní, que realizó el lunes ensayos de misiles de largo alcance, capaces de llegar a Israel, avivó las reacciones.
Todo ello hizo que los países occidentales, incluido Estados Unidos, volvieran a amenazar con nuevas sanciones, que se agregarían a las ya existentes, en caso de fracaso de la reunión de Ginebra.
Irán trató de calmar los ánimos el martes, afirmando que está dispuesto a responder a las inquietudes internacionales y a autorizar una visita de la AIEA a su nueva planta nuclear.
La agencia, que hasta ahora no ha podido llegar a la conclusión de que Irán tiene un programa nuclear militar, hizo saber el miércoles que ese país se puso «del mal lado de la ley» al declarar demasiado tarde su segunda planta de enriquecimiento de uranio.
El jueves, Irán tendrá que dar explicaciones al respecto, pero, después de una semana en la que cambió sucesivamente de tono, la actitud que adoptará en Ginebra sigue siendo una incógnita.
Jalili aseguró hoy que abordaría de manera «positiva» las discusiones de Ginebra. Pero poco después, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, se volvió a mostrar desafiante al afirmar que su país saldría «indemne» de dicha reunión.
Otra dificultad es que los participantes en el encuentro no tienen los mismos objetivos. De hecho, Teherán sólo desea discutir sobre la proliferación nuclear de manera general, sin mencionar ni su programa ni el enriquecimiento de uranio.
Javier Solana previno el martes, de antemano, que «no será fácil» obtener que Irán garantice el carácter pacífico de su programa nuclear.
Por su parte, la Casa Blanca aseguró que Estados Unidos pondría la cuestión sobre la mesa de todos modos.