“No es en los hombres, sino en las cosas mismas, donde es preciso buscar la verdad”. Platón.
Crescencio Montoya sintió cómo la entrada a la biblioteca del Banco de Guatemala, en San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, olía a pino fresco.
Había viajado más de 52 horas desde su natal Angostura, Sinaloa, México, para hacer acto de presencia junto a otros cronistas mexicanos, que acudieron al IX Encuentro Internacional de Cronistas celebrado en esta localidad y Tecpán.
“Ese cantadito con el que te dan los buenos días, y luego te dicen adiós, es de gente amable, cariñosa”, explica Chencho Montoya. Pero es toda la delegación visitante la sorprendida por la gastronomía, su gente, sus tradiciones y ante todo, el respaldo del alcalde local, Otto René Vielman, quien ha “tirado la casa por la ventana para atenderlos”.
Largas, pero enriquecedoras jornadas de lectura de crónicas de las más variadas, van dando a este encuentro un profundo sentimiento del conocimiento humano, al conocerse temas, geográficos, históricos, contemporáneos y actuales.
Escuchar la voz profesional del connotado maestro Guillermo Paz Cárcamo, dando un pormenorizado informe de su querida Chuwa Nima’ab’aj (Mixco Viejo). Continuar uno sorprendiéndose con el seguro conocimiento de Aroldo Rodas, con su diversidad de temas de alta calidad y certeza junto a las discusiones que van y vienen entre Euda Morales, Ricardo Gatica, Ileana Folgar, Jorge Machán, Federico Carranza, Ángel Elías, entre otros participantes es lo que da el valor intelectual a estas jornadas.
El vicealcalde local, Julio Roberto Navas y el secretario municipal, Marco Polo Coloma, acompañan a los cronistas en todas las actividades. Un gran momento es cuando Sofía Mireles y Marta Carmona junto Miguel Ángel Car, cronista de San Martín Jilotepeque, centro motor de esta convivencia, son invitados a cambiar la Rosa de La Paz.
Otro es cuando a ellos y los otros cronistas: Alejandro Contla, Joaquín Inzunza, Melchor Olguín, Raúl Álvarez, Roberto Manilla, Armando Parra y Alberto Lamas se les declara visitantes distinguidos.
Sin olvidar la presentación del grupo del colegio Getsemaní dirigido por la profesora, Estela Sarazúa; la música vernácula a cargo del señor Santos Átz Coxol y por supuesto la marimba de la Casa de la Cultura.
En la visita al legendario y mítico Tecpán, los cronistas quedan sorprendidos por Iximché, la primera Capital del Reino. Silenciosa la enorme ciudad se presenta como un libro abierto en la voz de un guía.
El alcalde Lucas Cutzal, viejo amigo de los cronistas, los recibe en la Municipalidad y los nombra huéspedes distinguidos, para luego continuar… en el lugar en donde todo comenzó.
Es indudable que el doctor Car es parte de la nueva intelectualidad guatemalteca por medio de sus crónicas, ganadoras ya de dos premios a nivel internacional y justo con la narración directa, real y amena de tradiciones de San Martín Jilotepeque.