Hace precisamente ocho días, el Congreso de la República sufrió un revés en sus pretensiones de recuperar la inversión que dos empleados menores hicieron en la Casa de Bolsa de Mercados De Futuro (MDF) en febrero pasado, por un monto de Q82.8 millones, supuestamente a espaldas de la Junta Directiva, principalmente del presidente Eduardo Meyer, toda vez que el accionista mayoritario y representante legal de esta empresa, Raúl Girón, sin ningún empacho dijo que no podía cumplir con la devolución que atribuyó a la caída de los precios en los mercados internacionales sobre los comodoties (materias primas) en que había invertido.
El cielo se le vino encima a los diputados que conforman la Junta Directiva, encabezada por el diputado Arístides Crespo Villegas, quien el 13 de junio, junto con sus colegas de la entonces Comisión Permanente habían renegociado con Girón el retorno de esos fondos públicos a más tardar el 31 de julio con los respectivos intereses. Los diputados estaban confiados que Girón cumpliría, toda vez que en la víspera del plazo fatal había reiterado su palabra empeñada, pero esa noche argumentó que el plazo era insuficiente y que el «escándalo» había afectado el clima en su empresa y la duda en sus clientes.
Día 31 de julio
La Comisión Permanente había convocado a los medios de comunicación a una conferencia de prensa a las once horas, supuestamente para informar acerca de la recuperación de los fondos, pero el tiempo siguió su curso y en esa medida aumentó la preocupación de los directivos y la sospecha que MDF incumpliría con lo acordado, por lo que se convocó a la Instancia de Jefes de Bloque para informarlos de lo que estaba aconteciendo.
Pero como lo negociado con MDF era el reintegro de los Q82.8 millones y era evidente que ellos no cumplirían, la Comisión Permanente llamó también a los titulares del Registro de Mercado de Valores y Mercancías, Eduardo Palacios; Fiscalía General de la Nación, José Amílcar Velásquez Zárate; Procuraduría General de la Nación, Baudilio Portillo; Contralor General de Cuentas, Carlos Mencos y Superintendente de Bancos, Manuel Barquín, con el objeto de trazar la ruta constitucional a seguir para recuperar estos recursos y enderezar las acciones legales pertinentes en contra los responsables.
Girón y su abogado Fernando Hurtado fueron los últimos en llegar. Después de tomársele juramento confirmó lo que ya se esperaba. Sin inmutarse dijo que no podía reintegrar los fondos. «Yo en lo personal sé que es una obligación, por eso estoy acá». Sin más, pidió un nuevo plazo, ahora de 90 días, justificando que ese era el tiempo natural que les llevaba recuperar una inversión sin causar un desgaste de capital.
Como contrapartida, Girón dijo que su empresa aceptaría la coadministración del Congreso de la República, lo cual no fue aceptado por la Comisión Permanente y por los jefes de bloque que esa noche atendieron la convocatoria.
En la reunión hubo una serie de planteamientos para resguardar los fondos del Legislativo, pero ninguno se veía viable. Por ejemplo, que un banco internacional fuera el garante, mediante una fianza, pero el representante de MDF dijo que era una posibilidad que debían explorar, tenían que establecer cuánto les costaría. Fue categórico en señalar que la única garantía que ofrecían a sus clientes, incluyendo al Congreso, era su fondo global de inversión, de unos US $16 millones.
Pero antes, Barquín dijo que en Guatemala operan varias afianzadoras, pero obviamente ninguna tenía capital como para poder soportar una fianza de Q82.8 millones, excepto que lo reafianzara con afianzadoras grandes del extranjero en un 100%, lo cual tendría que garantizar MDF.
Lo que si dejó claro Girón, era que rechazaba la intervención de su empresa por el Registro de Mercado de Valores y Mercancías.
Y es que ante la imposibilidad de llegar a un nuevo acuerdo, porque esa era una decisión que sólo correspondía al Pleno o a la Instancia de Jefes de Bloque, el entonces Presidente del Congreso en funciones pidió tanto al Fiscal Zárate como al Registrador Palacios actuar de oficio, tras el incumplimiento de MDF después que ambos funcionarios reiteraron su disposición en ese sentido, aunque el primero de ellos tardíamente porque no solicitó rápidamente la captura de Girón.
Consultado Girón sobre dónde están invertidos los fondos del Legislativo no precisó en qué. Sólo dijo que era parte de la inversión global de MDF y que los Q82.8 millones que representan el 75% de sus inversiones, habían sido invertidos en petróleo, café y euros en un 35%, 30% y 35%, respectivamente.
Día 1 de agosto
La tensión continuó en el Organismo Legislativo y la novedad de ese día fue que el Ministerio Público ya con orden de juez competente, procedió a realizar varios allanamientos para capturar a Girón con resultados infructuosos. El representante legal y accionista mayoritario de MDF fue declarado prófugo y la posibilidad de recuperar el dinero más distante, aun cuando el aparato estatal haya sido desplegado, incluso fuera de nuestras fronteras, interviniendo, embargando propiedades de los accionistas y congelando cuentas bancarias en Guatemala y Washington, EE.UU.
Ese día, el dedo acusador cayó sobre el recién estrenado Fiscal General, porque todo mundo le atribuía la responsabilidad de haber dejado escapar a Girón. El justificó que actuó oportunamente sin violar las garantías constitucionales del sospechoso y si bien había pedido la orden de captura en los primeros minutos del 1 de agosto fue el juzgado que dictó la orden hasta las 6:00 horas, pero aun así, no se le perdona porque no vigiló sus movimientos después de salir del Palacio Legislativo.
Con una fuerte dosis de frustración, tras vivir la incapacidad de recuperar tales fondos, la Instancia de Jefes de Bloque dispuso rechazar el nuevo plazo solicitado por MDF, cuestionó la lentitud de la Fiscalía General de la Nación y pidió categóricamente la renuncia del doctor Meyer, quien manifestó que dispondría de un fin de semana largo para tomar una decisión.
Día 4 de agosto
La Junta Directiva se reúne con los funcionarios aludidos para evaluar la crisis. Y posteriormente los expone para que cada uno de ellos explique a los medios de comunicación qué han hecho, porque el problema ya no es sólo del Organismo Legislativo, sino del Estado. El Fiscal descargó las acusaciones vertidas en su contra por negligencia y dijo que la policía internacional buscaba ya al prófugo y que personal suyo viajaba a Washington para embargar varias cuentas de MDF.
Portillo, indicó, también, que estaban iniciando ya el embargo de varias propiedades y cuentas bancarias de los accionistas, mientras que Palacios solicitaba la intervención, que al final del día fue autorizada.
Barquín por su parte, sugirió ese día al Congreso de la República que aceptara la coadministración de MDF, pero Junta Directiva reiteró su negativa. Distinto hubiera sido que la Casa de Bolsa hubiera amortizado algo de la deuda, pero al no ofrecer ni un solo centavo la confianza depositada en su representante legal desapareció, coincidían varios diputados que casi dan por sentado que el dinero se perdió.
Mientras tanto, trascendió que el abogado de Girón, Fernando Hurtado insistió en que el Congreso aceptara la coadministración, que su cliente quiso cumplir y que la muestra más clara de ese compromiso es que nunca se escondió, que incluso se presentó a las instancias judiciales a rendir su declaración en las pesquisas de antejuicios en contra del ex presidente Rubén Darío y Eduardo Meyer.
Día 5 de agosto
La PGN propone negociar. Portillo Merlos dice que está dispuesto a negociar con los abogados de Girón para recuperar los fondos públicos, sin embargo, no ha trascendido la contrapartida, o sea lo que está pidiendo a cambio el accionista mayoritario de MDF, de quien se asegura no ha abandonado el país. Lo que a MDF le interesa es trabajar sin la presión a la que en este momento está siendo sometida, ya que hace cundir el terror en sus demás inversionistas.
Lo que llama la atención es que hasta ahora se procedió al embargo de los bienes de los implicados, principalmente de señores Sánchez y Conde, porque ellos se encuentran prófugos de la justicia desde los primeros días de junio, después de que Meyer destapó la «olla de grillos».
Este día, también anunció Meyer su renuncia como presidente del Congreso, tras la fuerte presión a que fue sometido por sus detractores políticos, columnistas y editorialistas de los principales medios de comunicación. La puntilla fue de los patriotas quienes le advirtieron que si no renunciaba esta semana, en la sesión del martes presentarían un punto resolutivo para que el Pleno se lo exigiera.
Día 6 de agosto
Desde muy temprano, Meyer se acercó al Congreso de la República y después de entrevistarse con la mayoría de directivos en el despacho del primer vicepresidente, Arístides Crespo, presentó su renuncia al cargo de presidente, no sin antes despotricar contra sus detractores. Su carta de renuncia fue aceptada y el Pleno aprobó el acuerdo por medio del cual se asignó el cargo de Presidente al diputado Arístides Crespo, quien concluirá el mandato hasta el 14 de enero del año entrante.
Con la renuncia del doctor Eduardo Meyer, al cargo de Presidente del Congreso de la República, prevalece una «calma chicha», porque después de ser el funcionario más importante dentro de este poder del Estado pasa a condición de «diputado raso», como suele llamársele a aquél legislador que no ostenta ningún cargo directivo, que no preside ninguna comisión y que no es jefe, ni subjefe de la bancada de la cual forma parte.
Los días posteriores a su arribo al recinto parlamentario serán tortuosos, por lo menos, eso se prevé, ya que su colega y copartidario de la UNE, Mario Taracena, asegura que las autoridades de su partido, le prohibieron al otrora hombre fuerte del Legislativo sentarse junto a ellos dentro del Hemiciclo Parlamentario. El doctor Meyer puede pedir permiso otros dos meses por quebrantos de salud y también solicitar que sea con goce de salario.
Ese es el consejo que algunos diputados en voz baja le dan, excepto que quiera exponerse a los atropellos y epítetos que sobre su persona le han llovido durante estos dos meses que estuvo ausente, principalmente ahora que son pocos los diputados que consideran que los Q82.8 millones puedan recuperarse ante la fuga del principal accionista de MDF quien ni lento, ni perezoso, mientras los diputados esperaban que cumpliera su palabra con reintegrar dichos fondos, trasladaba los activos más valiosos de su empresa a testaferros suyos.