El director David Cronenberg dijo que tenía segundas intenciones cuando eligió el elenco para «A Dangerous Method», un drama sobre la relación entre los fundadores de la psicología moderna, Sigmund Freud y Carl Jung.
«Creo que mi elenco tiene una gran necesidad de psicoanálisis, que es la verdadera razón por la que los elegí, para que comprendiesen gradualmente que necesitan ayuda, mucha ayuda», dijo Cronenberg en una muy concurrida conferencia de prensa el viernes antes del estreno de su película, que compite por el León de Oro en el Festival de Venecia.
Cronenberg señaló a Viggo Mortensen, quien hace el papel de Freud, y Michael Fassbender, quien encarna a Jung, el protegido del maestro. también estaba presente Keira Knightley, quien hace de Sabina Spielrein, la paciente convertida en analista que se interpuso entre los dos.
«Y ahora, como ven, han mejorado mucho. Antes eran un desastre. Cuando los conocí, eran neuróticos sin remedio», dijo Cronenberg entre risotadas.
Mortensen le hizo el juego: «Ahora nos vestimos sin ayuda», dijo.
El centro de la película es la relación entre Freud y Jung, desde el entusiasmo mutuo al encontrar un alma gemela para el desarrollo de nuevos métodos de tratamiento para pacientes psiquiátricos hasta su separación final cuando Freud se aferra a sus teorías sobre el sexto en tanto Jung se interesa por el misticismo como camino de autorrealización.
Si bien expresaban sus diferencias profesionales en términos técnicos, es evidente que un catalizador de su distanciamiento fue Spielrein, una histeria cuya recuperación bajo tratamiento con Jung convalida las teorías sexuales de Freud. Maestro y discípulo terminan enemistados cuando Jung —influenciado por un paciente (Vincent Cassel) cuyo dogma es jamás reprimir nada— se deja seducir por Spielrein.
Ninguno salen bien parado. Freud se niega a relatar sus sueños a Jung para no perder autoridad. Jung decepciona al maestro cuando inicia un amorío con Spielrein y miente sobre ello.
«Creo que una de las cosas que muestra el filme es que sus posiciones intelectuales no eran tan distintas», dijo Mortensen. «En el fondo, era una cuestión de orgullo. Su conducta era tan infantil como la de los pacientes a los que trataban de ayudar».
Spielrein es tal vez la mejor muestra de la eficacia de sus métodos. Se cura de su histeria, se recibe de médica, está dispuesta a indagar en sus propias emociones, enfrenta con energía a Jung por su ambigí¼edad frente a la relación entre ambos y en definitiva se casa con un judío ruso.
En la vida real, Spielrein regresó a su Rusia natal y fue una de las psicoanalistas más prominentes de la Unión Soviética, según las notas al programa. En 1941, habiendo enviudado, fue asesinada junto con sus dos hijas por las fuerzas de ocupación nazis.
El horror de las dos guerras mundiales que devastarían Europa es prefigurado en la película, que finaliza en 1913. En una escena, Freud advierte a Spielrein que no confíe en los arios, que para ellos siempre serán judíos, y cerca del final Jung relata un sueño en el que ve un torrente de sangre cruzar los Alpes a Suiza.
El guionista Christopher Hampton,
El guionista Christopher Hampton, quien adaptó «Atonement» (Expiación, deseo y pecado) de la novela de Ian McEwan, leyó la enorme correspondencia entre los tres personajes.
«En esa era, en Viena, había cinco a ocho entregas de correos por día», dijo Cronenberg. «Era como la internet antes de la internet. Si uno escribía una carta por la mañana, esperaba la respuesta por la tarde. Así que estos personajes se escribieron toneladas de cartas en las que se citaban mutuamente».
Knightley profundizó aún más, al leer biografías y los diarios íntimos de Spielrein, además de consultar a analistas para conocer mejor los personajes. Fassbender dijo que lo más importante para él fue el guión.
«Está escrito de manera tal que parece una pieza musical», dijo Fassbender. «Después de mucha repetición empecé a descubrir los ritmos de la pieza».
Mortensen dijo que quiere leer más, y rogó a los descendientes de Jung que den a conocer más cartas del psiquiatra suizo.
«Quisiera saber si la familia Jung tendría la bondad de dar a conocer el resto de las cartas que escribió a la señorita Spielrein», dijo el actor. «Son de lectura muy amena y me gustaría leer más».