Crí­ticas por breve visita de Sarkozy


La breve estadí­a del presidente francés Nicolas Sarkozy en Egipto, que termina mañana, bastó para alimentar las crónicas «de sociedad», por la presencia a su lado de la ex modelo y cantante Carla Bruni, y generó crí­ticas en Francia por su ostentación.


En contraste con las costumbres de sus predecesores, que siempre quisieron preservar la confidencialidad de sus vidas privadas, Nicolas Sarkozy y Bruni aparecieron en varias ocasiones cogidos de la mano, como una pareja de enamorados, durante una visita a Luxor o a los vestigios de la época faraónica.

El jefe del Estado francés se tomó también el tiempo de saludar a los turistas, de posar para ellos y los paparazzis.

La oposición polí­tica francesa no ha querido comentar el romance del jefe del Estado, pero no se privó de criticar «la ostentación» de sus vacaciones.

Sarzoky viajó a Egipto en el avión privado de su amigo multimillonario Vincent Bolloré, quien ya le prestó también su yate para hacer un crucero por Malta tras haber ganado las elecciones presidenciales en mayo.

La izquierda francesa ha protestado por la peligrosa intromisión del mundo de las finanzas y los medios de comunicación en la esfera polí­tica, ya que Bolloré es dueño de diarios gratuitos y de una cadena de televisión.

«Nicolas Sarkozy es para Bolloré una buena inversión», criticó el portavoz del Partido socialista, Benoit Hamon.

Por su parte el diario Le Monde, destacando «la fascinación del presidente por el mundo de la jet-set y todo lo que brilla», insistió en «la distancia que debe existir entre un hombre que encarna al Estado y un grupo socio-profesional, cualquiera que sea».

«Â¿Nicolas Sarkozy quiere deslumbrarnos o deslumbrarse a sí­ mismo?», se interrogaba el diario La Republique du Centre.

El presidente francés, que no ha hecho ninguna declaración pública sobre la actualidad, tampoco ha reaccionado a estas acusaciones. Sus allegados se han encargado de denunciar la «polí­tica rastrera» de aquellos que se inmiscuyen «a cada instante en la vida privada del presidente».

El diputado de derechas Patrick Balkany consideró que el viaje de Sarkozy en avión privado a Egipto es como si «un amigo le prestara su automóvil». «Bolloré ha hecho una enorme fortuna en solitario, el Estado no interviene para nada en sus negocios», subrayó.

En pleno debate sobre el poder adquisitivo de los franceses, Sarkozy decidió hospedarse en el hotel más bello de Luxor, donde la habitación más barata, la suite presidencial, cuesta unos 850 euros (más de 1.200 dólares) por noche.

El jueves pasado, indiferente a la polémica, el presidente y su comitiva, entre ellos uno de sus hijos y la novia de éste, llegaron en avión al balneario de Charm el Cheij, a orillas del Mar Rojo. Allí­ se hospedó en una lujosa residencia de la costa, esta vez alejado de las miradas y cámaras indiscretas.

Mañana por la mañana, Sarkozy cerrará la parte privada de este viaje y viajará a El Cairo, sin Carla Bruni, para una visita oficial durante la cual se entrevistará con el presidente egipcio Hosni Mubarak, con quien ya se reunió informalmente ayer en Charm el Cheij.

El presidente Sarkozy tiene planeado regresar a Francia el lunes.