No bastaron la presentación por PowerPoint y el análisis de expertos británicos.
Los familiares de las víctimas que murieron al estrellarse el vuelo 370 de Malaysia Airlines siguen enojados y escépticos ante las explicaciones.
En el salón de festejos de un hotel en China, un hombre que se identificó como Zhang exclamó: «¡Puro embuste! ¡No hay ni un granito de verdad!»
El hombre, oriundo del poblado de Harbin, en China, dijo que deseaba caerle a golpes a todos lo que dieron la presentación, que eran una delegación de funcionarios del gobierno de Malasia y de la aerolínea.
La delegación llegó a Beijing un día después de que China exigió más detalles sobre cómo las autoridades de Malasia declararon perdida a la aeronave, y después que las autoridades chinas permitieron a los familiares de las víctimas protagonizar una marcha de protesta hacia la embajada de Malasia en Beijing.
Ante cientos de familiares de las víctimas, y activistas que los apoyan, la delegación malaya leyó un reporte de la Agencia de Investigaciones de Desastres Aéreos de Gran Bretaña, según el cual el avión se estrelló en el sur del Océano Indico.
Los datos, dice el estudio, fueron obtenidos en base a tenues señales emitidas por la nave y captadas por un satélite británico.
En una sesión de preguntas y respuestas que duró casi dos horas, los asistentes le increparon a la delegación sobre cómo sabían la dirección y la velocidad del avión, pero para frustración de todos, los miembros de la delegación no tenían la pericia técnica para responder.
Una mujer suscitó aplausos cuando exclamó: «¡Yo creía que esta era una delegación de expertos de verdad!»
Entretanto, en Kuala Lumpur, Malasia, el ministro de Defensa Hishamudin Hussein pidió a todos calma y paciencia.
«Con el tiempo bajarán las emociones que están tan álgidas. Comprendemos completamente», dijo Hishamudin en conferencia de prensa.
«Para las familias chinas, ellas deben comprender que nosotros en Malasia también perdimos a nuestros seres queridos, hay muchos otros países que perdieron a sus seres queridos».
Aunque muchos criticaron a Malasia por su respuesta inicial a la crisis, los familiares de las víctimas chinas han sido particularmente mordaces. Dos tercios de las víctimas eran chinas.
Los familiares acusan a Malasia de ser demasiado lenta al tratar de ubicar al avión el 8 de marzo, de retener información y de no divulgar a tiempo lo que sabían sobre lo que pudo haber ocurrido en la aeronave.