Crí­tica a la polí­tica española con Cuba


Visita. El ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel íngel Moratinos, durante su estadí­a en La Habana.

El ex presidente del gobierno español, José Marí­a Aznar, arremetió ayer contra la polí­tica hacia Cuba del actual Gobierno socialista, al tachar de «calamidad» la reciente visita a la isla del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, por «despreciar» a los disidentes.


La visita hace una semana de Moratinos a La Habana «ha sido una calamidad para los disidentes», aseguró el conservador Aznar (1996-2004), en una conferencia dedicada a América Latina, en la Universidad de Georgetown, en Washington.

«Los disidentes tienen la impresión justificada que el Gobierno español les ha dejado tirados y que al Gobierno español no le interesa ni los derechos humanos, ni las libertades de los cubanos y lo que le interesa es simplemente el mantenimiento del régimen», añadió, en declaraciones posteriores a la prensa.

Aznar, que logró que la Unión Europea (UE) sancionara a Cuba tras la detención de 75 disidentes hace cuatro años, dejó patente su disconformidad con la polí­tica aplicada por el Gobierno de su sucesor, el socialista José Luis Rodrí­guez Zapatero.

Esta «no es una opinión sobre una visita. Es una opinión sobre una polí­tica. La visita es una manifestación de una polí­tica en relación con Cuba», aclaró el polí­tico español, sumando sus crí­ticas a las de los disidentes cubanos y también de la prensa española a la visita de Moratinos a La Habana.

«Yo creo que toda una polí­tica que se sustenta en el apoyo al régimen cubano y en el desprecio a los disidentes, es exactamente el camino contrario del que hay que seguir en Cuba», precisó Aznar, calificado recientemente de «bufón» del presidente estadounidense, George W. Bush, por el diario oficial Granma.

En medio de la crispación polí­tica que domina el debate polí­tico actual en España, Aznar llamó a sus compatriotas a expresar mensajes de apoyo a los disidentes, «porque harán un bien inestimable por el futuro de la democracia en Cuba».

La mayorí­a de la disidencia en Cuba se manifestó indignada y frustrada por la visita del ministro que la ignoró y tampoco incluyó el tema de los presos polí­ticos en su agenda.

«No encuentro la razón por la cual hay que desear una democracia estable y libre para España y no desearla para Cuba. Pero eso pasa por apoyar a los disidentes», afirmó Aznar, ocho meses después de que Fidel Castro delegara provisionalmente el poder a su hermano Raúl por razones de salud.

«Contar con los disidentes es una responsabilidad polí­tica y moral. No contar con ellos es un graví­simo error moral y un graví­simo error polí­tico», añadió. «Lo que lamento mucho es que España y el Gobierno español lo haya cometido», sostuvo.

La visita de Moratinos también fue la primera de un canciller europeo desde la detención de los 75 disidentes hace cuatro años, con lo cual rompió el aislamiento a que habí­an sometido los paí­ses de la UE a la isla desde entonces.

Nada más llegar al poder hace tres años, el Gobierno de Zapatero logró la suspensión de las sanciones adoptadas por la UE contra el régimen castrista tras la detención de los disidentes, a iniciativa de Aznar.