La presidenta Cristina Fernández evoluciona favorablemente de la operación a la que fue sometida hoy para extraerle un hematoma subdural crónico y está de buen ánimo, dijeron fuentes médicas y oficiales.
La paciente permanece internada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, señaló un parte de esa institución distribuido a los periodistas.
A la mandataria, de 60 años, se le realizó la «evacuación de un hematoma subdural derecho en una cirugía sin complicaciones», informó el parte que está firmado por los doctores Facundo Males, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y Gerardo Bozovich, el director médico del hospital.
En tanto, el portavoz presidencial, Afredo Scoccimarro, informó a periodistas y seguidores de la gobernante que Fernández «está de muy buen ánimo» y de «buen humor».
«La operación ha sido satisfactoria, ha salido muy bien… la presidenta ya está en su habitación; saludó a todos, agradeció al equipo médico y a todos ustedes y a todos los que rezan por ella», señaló el funcionario entre los aplausos de los militantes peronistas congregados.
Además, indicó que el próximo parte médico será distribuido mañana al mediodía.
El parte médico señaló, además, que el equipo quirúrgico estuvo liderado por Cristian Fuster e incluyó a los doctores Jorge Mandolesi, Pablo Rubino y Javier Salazar.
«Todo el proceso de diagnóstico y tratamiento estuvo supervisado y acompañado por los profesionales de la unidad médica presidencial, Dres Luis buonomo y Marcelo ballesteros», señaló el escrito.
La intervención quirúrgica consistió en el drenaje en el cráneo de la mandataria de la sangre acumulada que le presionaba el cerebro a causa de un golpe que sufrió en la cabeza en agosto. Máximo y Florencia Kirchner, los hijos que Fernández tuvo con su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007), acompañaron a la jefa de Estado en el sanatorio. También estuvo presente Ofelia Wilhem, madre de la mandataria.
Rolando Cárdenas, neurocirujano y director del Consejo de Stroke de la Sociedad Argentina de Cardiología, dijo a The Associated Press que después de una operación de estas características «por lo general el paciente mantiene un drenaje entre 24 y 72 horas».
«Permanecerá unos días más en terapia para seguir su evolución. Luego los médicos evaluarán si la paciente tiene secuelas. En el caso de Fernández, se le había presentado una transitoria pérdida de fuerza muscular en el brazo izquierdo antes de realizar el procedimiento. Si persiste con esta sintomatología deberá someterse a un tratamiento de rehabilitación motriz para restablecer el funcionamiento del miembro superior comprometido», afirmó.
El doctor también advirtió que hay que estar pendientes de que no vuelva a aparecer el hematoma o haya una hemorragia.
«De no haber secuelas, el tiempo de recuperación será más corto. Estimo que en unos 45 días puede estar en el ejercicio pleno de todas las funciones», afirmó.
Cientos de seguidores de Fernández, del ala izquierdista del peronismo, se congregaron en las cercanías del centro médico, uno de los de mayor prestigio de Argentina, para mostrar su apoyo a la presidenta. Decenas de personas realizaron durante toda la noche una vigilia frente a la Fundación. «Apoyo y acompañamiento» y «Fuerza Presidenta» eran algunos de los mensajes de los congregados.
A primeras horas del martes la gente rezaba y portaba banderas de Argentina y del Vaticano con imágenes del papa Francisco. Estatuas de la Virgen de Luján -patrona del país- y fotografías de Fernández y su fallecido esposo y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007) fueron colocadas en una suerte de santuario en una de las puertas del sanatorio. El centro médico está rodeado por las fuerzas de seguridad.
La cirugía de Fernández fue programada la víspera, luego de que los médicos detectaron el domingo que la mandataria sufría un hormigueo en el brazo izquierdo así como una transitoria y leve pérdida de la fuerza muscular en el mismo miembro.
Fernández guardaba reposo de un mes desde el sábado, cuando en le diagnosticaron el hematoma subdural crónico, consistente en fluido atrapado entre el cráneo y el cerebro, producto de una contusión en la cabeza de la que el gobierno no suministró detalles. La mandataria había ingresado al lugar con una fuerte cefalea y una arritmia.
Los pormenores de la operación fueron suministrados con cuentagotas por el gobierno, que guardó una actitud de gran hermetismo en los últimos días sobre el estado general de la presidenta. Ello fue cuestionado por analistas políticos y opositores.
El vicepresidente Amado Boudou está a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, lo que ha sido cuestionado por los opositores ya que el funcionario es investigado por la justicia por supuestos enriquecimiento ilícito y mal desempeño de la función en el marco de un caso de corrupción.
Fernández, que sufre de hipotensión crónica, fue operada en 2012 para la extirpación de la glándula tiroides.