La presidenta Cristina Fernández anunció ayer que buscará la reelección en los comicios el 23 de octubre, poniendo fin así a la incertidumbre que existía al respecto y definiendo el escenario de la contienda electoral.
BUENOS AIRES / Agencia AP
«Me hubiera gustado hacerlo (el anuncio de la candidatura) cuando se venciera el plazo electoral. Aquí estamos, vamos a someternos una vez más, como lo he hecho siempre, siempre que he accedido a todos los cargos, sometiéndome a la voluntad popular», dijo la mandataria desde la Casa de Gobierno, en un mensaje transmitido por cadena nacional.
«Siempre supe lo que tenía que hacer porque siempre he tenido un alto sentido de la responsabilidad política y personal de lo que debía hacer», afirmó Fernández, de 58 años y favorita en las encuestas.
La presidenta buscará un nuevo período de cuatro años tras completar en diciembre su mandato 2007-2011.
Durante varios meses se especuló sobre la candidatura de Fernández, quien el 27 de octubre quedó viuda por la muerte de su esposo y antecesor Néstor Kirchner.
Sin el apoyo del político más influyente de la última década y en medio de rumores sobre problemas de salud, sumado a su silencio sobre la cuestión, algunos analistas y opositores pronosticaban que la mandataria desistiría de la contienda electoral.
La presidenta tenía plazo hasta el próximo sábado para decidir si peleaba por la reelección encabezando la fórmula del oficialista Frente para la Victoria (FpV). Con su anuncio, el tablero electoral queda finalmente definido, puesto que las otras seis fuerzas políticas ya han anunciado quiénes serán sus candidatos.
«Â¿Cómo voy a aflojar y no seguir adelante? Como hemos hecho toda la vida quienes militamos en el movimiento nacional, seguiremos trabajando con el compromiso que hemos construido y reconstruido esta patria», resaltó Fernández, quien fue aplaudida de pie por sus ministros y otros asistentes que fueron convocados al Salón de los Patriotas Latinoamericanos del palacio gubernamental.
Agregó que «lo supe desde el 28 de octubre, cuando miles y miles de personas me gritaban ‘Fuerza Cristina’ y hoy lo siguen haciendo», dijo al referirse a las muestras de afecto que recibió al día siguiente de la muerte de su marido.
«Algunos medios no registran estas cosas y solamente critican las actitudes del gobierno y no ven estas otras cosas que sucedieron en los últimos tiempos en la República Argentina … Nos hace ver la necesidad de democratizar los medios de comunicación y que realmente todos puedan expresarse», sostuvo la mandataria, que tiene una opinión muy crítica con algunos sectores del periodismo argentino.
Fernández no adelantó quién será su compañero de fórmula. Versiones periodísticas señalan que podría ser la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, hermana del fallecido ex presidente, la ministra de Seguridad, Nilda Garré o algún gobernador de provincia.
Varias encuestas indican que la mandataria ganará en una primera vuelta electoral. Para alzarse con la victoria el 23 de octubre es necesario obtener el 45% de los votos o al menos el 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales con el segundo candidato. Una segunda convocatoria a las urnas sería el 20 de noviembre.
Un sondeo del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) realizado en la primera semana de junio señaló que Fernández cuenta con 48% de los votos, seguido del líder radical Ricardo Alfonsín, con 14%, y el ex presidente Eduardo Duhalde (del Peronismo opositor), con 7,5%. Sumados los indecisos y los votos en blanco, Fernández obtendría más del 50% de apoyo.
En tanto, una encuesta de Management & Fit realizada la primera semana de junio indicó que Fernández tenía 33,4% de apoyo, Alfonsín 15,3% y había 23,5% de indecisos. Agregando a estos últimos y los votos en blanco, la mandataria se alzaba con 43,4% de respaldo y Alfonsín con 19,7%.
Duhalde, quien es uno de los mayores opositores a la mandataria desde la corriente del Peronismo disidente, afirmó sobre el intento de reelección de Fernández que «ella no está preparada para gestionar», al sostener que «quien movía los hilos era Néstor Kirchner».
Afirmó al canal C5N que las encuestas en las que él aparece en un lejano tercer lugar son tendenciosas. «Me tienen miedo», dijo quien fuera mandatario en 2002 y 2003. Señaló que Argentina es un país imprevisible donde «todas las semanas hay novedades», aparecen escándalos «y no sabemos lo que puede pasar».
En tanto, Alfonsín, hijo del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), dijo a medios de prensa que «nunca» dudó de que Fernández «se fuera a presentar» para un nuevo período. «Si no hubiera sido ella, se generarían muchos problemas internos en el Frente para la Victoria por la sucesión», indicó.
El apoyo a la presidenta pasará por un primer examen electoral el 14 de agosto, cuando se celebren las primarias abiertas y obligatorias que definirán oficialmente las candidaturas presidenciales.
Mariana Pita, una abogada de 27 años, dijo a la AP que le sorprendió la decisión de la mandataria.
«La veo muy frágil emocionalmente, incluso físicamente. Parece que responde más a una presión de su partido que a un deseo propio. Yo creo que si ella pudiera elegir libremente, se iría».
Pita dijo que no va a votar por la mandataria. «Es un gobierno poco transparente, con escándalos de corrupción. Lo que más me molesta es su estilo confrontativo, este gobierno no respeta a los que piensan distinto y los descalifica. Tampoco veo a la presidenta comprometida para frenar la inseguridad», afirmó.
En cambio, el arquitecto Héctor Sánchez, de 53 años, consideró que la mandataria puede garantizar la estabilidad y «hacer triunfar un modelo que representa una mirada más inclusiva de distintos sectores sociales».
«Cristina representa un capitalismo menos cruel… Los argentinos no queremos más recetas del Fondo Monetario Internacional que terminan provocando una crisis como la que hoy vive Grecia», afirmó.
Varios ministros dijeron a su vez que Fernández es la garantía de continuidad y que demostró «responsabilidad política» al luchar por un nuevo mandato.
Para la ministra de Industria, Débora Giorgi, la eventual reelección de la presidenta permitirá «darle continuidad a un proyecto de país que surgió en el 2003 (cuando asumió Kirchner) y que se basa en la inclusión social y la redistribución de la riqueza».
Uno de los escollos que puede afrontar la mandataria hasta el día de las elecciones es un enfrentamiento con el mayor jefe sindical de Argentina, Hugo Moyano, tradicional aliado del «kirchnerismo» pero que, sin embargo, ha protagonizado períodos de tensión con el gobierno por sus pedidos de aumentos salariales para los trabajadores y de un mayor espacio político para los gremialistas.