La nueva crisis política de Ucrania, que estalló en vísperas de la llegada del vicepresidente estadounidense Dick Cheney y de una cumbre con la Unión Europea (UE), corre el riesgo de deteriorar las relaciones entre esta ex república soviética y los países occidentales.
«Hemos cometido otro error», lamentó una fuente cercana a los medios diplomáticos ucranianos.
La situación política se agravó el martes, cuando el partido del presidente Viktor Yuchenko anunció su decisión de romper la alianza con el bloque de la primera ministra Yulia Timoshenko.
Los dos dirigentes, cuyas relaciones se degradaron en los últimos meses, cruzaron el miércoles duras acusaciones; el jefe de Estado amenazó con disolver el Parlamento, menos de un año después de las últimas elecciones legislativas, que ya se realizaron de manera anticipada.
La disputa se debió a una serie de leyes aprobadas por el Parlamento -con apoyo del bloque de la primera ministra y de la oposición pro rusa- que facilitan el procedimiento de destitución del jefe de Estado y reducen sus poderes.
Esta crisis, la última de una larga serie en los últimos años, se produce en vísperas de la llegada de Cheney, quien inicia este jueves una visita de dos días a Kiev. También precede una cumbre con la UE, el 9 de septiembre en Evián (Francia), en la que Ucrania espera que se le abra el camino para adherir a la Europa comunitaria.
«Es una crisis muy preocupante (…), que va a dificultar más la cumbre UE-Ucrania», dijo el jueves en Bruselas un diplomático europeo que pidió el anonimato.
Francia le sugirió a Yuchenko ir a esa reunión junto a su primera ministra; en Kiev circulan rumores de que la disputa entre ambos está relacionada con los miembros de las comitivas que viajarán a Evián.