Crisis financiera mete sus narices


Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas.

La crisis financiera se invita a conferencia de la ONU sobre desarrollo.


Altos responsables gubernamentales, incluidos varios jefes de Estado africanos, estudian el viernes en Doha cómo mitigar el impacto de la crisis financiera en el mundo en desarrollo, en una cita llamada a preparar una reunión de la ONU, el sábado, sobre ayuda a los paí­ses pobres.

Los participantes examinarán unas propuestas de Qatar para una reforma del sistema financiero internacional, que comprenderí­a un instrumento de vigilancia de los 30 primeros bancos del mundo y un sistema de alerta de crisis en el seno del Fondo Monetario Internacional.

La reunión fue sugerida por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y organizada por las autoridades de Qatar, pequeña monarquí­a del Golfo rica en gas.

Se trata de una reunión de «alto nivel, con dirigentes del G-20 y otros paí­ses, para abordar la crisis financiera mundial», declaró la portavoz adjunta de Ban, Marie Okabe.

El secretario general de la ONU insistirá en la necesidad de integrar la lucha contra la pobreza y las medidas contra el cambio climático en un plan global de acción frente a la crisis económica y financiera.

«La cumbre que precede a la conferencia de la ONU será consagrada por completo a la crisis financiera actual y las intervenciones girarán en torno a cómo remediarla», declaró Mohamad Rumaihi, asistente del ministro de Relaciones Exteriores de Qatar.

Entre los participantes, 25 de ellos procedentes de Africa, según Rumaihi, figuran los presidentes de Zimbabue, Robert Mugabe, de Sudán, Omar El Bechir, y de Argelia, Abdelaziz Buteflika.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, viajará a Doha el sábado y prevé conversar con Bechir sobre la crisis en Darfur, región sudanesa en guerra civil, en presencia del emir de Qatar, jeque Hamad Ben Jalifa Al Thani, que propone su mediación en el conflicto.

A partir del sábado y hasta el 2 de diciembre se celebrará en Doha la conferencia de Naciones Unidas, a nivel ministerial, sobre la financiación del desarrollo en el marco de los Objetivos del Milenio.

Estos fueron aprobados en 2000 por los dirigentes mundiales y contemplan la reducción a la mitad de la pobreza extrema para 2015 con respecto a 1990, el retroceso de las grandes pandemias, la mortalidad infantil y el analfabetismo.

El Banco Mundial (BM) pidió por su parte a los paí­ses donantes que aumenten sus ayudas al mundo en desarrollo.

Los paí­ses pobres «se encuentran a merced de una crisis que no han producido ellos mismos», subrayó el jueves en un comunicado Robert Zoellick, presidente del BM.

Zoellick advirtió contra un «retorno al proteccionismo y al nacionalismo económico por parte de los paí­ses desarrollados que sólo harí­a provocar más perjuicios» a los paí­ses en desarrollo.

Las crí­ticas a los paí­ses occidentales llovieron en un foro de ONG que se celebra en Doha y en el que se abogó por «poner fin al poderí­o estadounidense en el sistema financiero internacional», según el proyecto de declaración.

Ziad Abdel Samad, que dirige el colectivo de ONG árabes en la reunión, deseó la «emergencia de un orden mundial que permita a las naciones formular polí­ticas económicas adecuadas» para favorecer el desarrollo.