Crisis En la Iglesia Católica


Me atribulo Lorenzo con todos estos acontecimientos. Me preocupa mucho la Iglesia ¿A dónde va a parar? No te turbes tanto, Miguel, recuerda que Cristo anunció que las fuerzas del infierno la iban a combatir, pero que í‰l iba a estar con ella todo el tiempo. Sí­ Lorenzo, pero esas fuerzas del infierno parece que están adentro, muy adentro y atenazan duro con sus tridentes. Claro Miguel, cuando pensamos en el maligno nos hacemos la idea de los dos cachos, la cola larga, no Julio, el diablo se sabe disfrazar y a veces se esconde tras las sotanas.

Luis Fernández Molina

Por otra parte recuerda que la Iglesia está conformada por seres humanos de carne y hueso, falibles, pecadores todos, yo el primero en la lista. Pero Lorenzo, quién iba a imaginar que el trono de San Pedro lo iba a ocupar alguien que descaradamente tení­a varias amantes e innumerables hijos -a los que nombraba obispos–, y luego un verdadero guerrero que despilfarraba el dinero en sus costosas expediciones militares. Es cierto Miguel que primero tuvimos a un seguidor de Venus -Alejandro VI– y luego uno de Marte -Julio II–; pasamos del amor a la guerra; eso es triste, muy triste pero lo vamos a superar. Lorenzo, necesito de tu entusiasmo pues me cubren y angustian las sombras de la duda.

Es que son tantos hechos que parecen orquestados para debilitar a la Iglesia, por dentro y por fuera; el peligroso avance de los turcos por el oriente que una cristiandad dividida no puede combatir; la rebelión de los prí­ncipes alemanes y de paí­ses nórdicos; las constantes herejí­as que pululan como hongos con las lluvias; las guerras interminables entre el Emperador y el rey de Francia y encima se viene aquél a quien León X nombró Fidei Defensor de Inglaterra que rompe con Roma y ha creado su propia iglesia en Inglaterra. Y por dentro nos están socavando esas actitudes tan relajadas, tan poco virtuosas que contagian a todos los niveles, algunos cardenales y obispos en vez de mostrar moderación y dar el ejemplo de mortificación o al menos de moderación cristiana son los primeros en abandonarse a toda clase de placeres y la desmedida ambición. No se diga el ejemplo que le dan a los que han profesado en una orden y hasta las monjas.

Y encima de todo la festinada venta de indulgencias que le pone tarifa a la redención de los pecados ¡Como si todo se arreglara con dinero! Qué escándalo. Por eso las crí­ticas de Savonarola, de Knox, de Erasmo, y las rebeldí­as de Calvino, Farel y muchos otros que confunden a todo el rebaño, y no se diga Lutero que era un monje agustino ¡Increí­ble! Miguel, no te niego que están sucediendo cosas extrañas, repudiables, pero recuerda que desde el primer núcleo de la iglesia habí­a indeseables y eso que fueron escogidos por el mismo Jesucristo. Falló Judas. Traicionó al Maestro. í‰l era 1 entre los 12 que acompañaban a Jesús; ¿por qué no habrí­an de repetirse los Judas a través de los tiempos? Es cierto que algunos religiosos frecuentan a las prostitutas de Roma y otros hay que son pervertidos, pero no me vas a negar el hecho de que los demás, los anónimos y los mártires a lo largo de los siglos han llevado la luz, han conservado viva la Palabra a pesar de todas las tribulaciones y después de 15 siglos se esparce la semilla de la Buena Nueva y ahora se lleva a Las Indias. Recuerda que Nuestro Señor se elevó al cielo y encargó a Pedro y los demás apóstoles la conducción de su Iglesia, la que dejó en manos de seres humanos; si í‰l la hubiera querido perfecta no se hubiera elevado en Ascensión, se hubiera quedado; ten confianza Julio, son momentos difí­ciles que se van a superar. Claro la Iglesia como organización tiene que reconocer sus fallas y tratar de superarlas, escoger bien a sus ministros y expulsar a los que sean indignos y con su investidura afecten a terceros y la imagen de la Santa Iglesia. Tú crees Lorenzo, que la Iglesia va a superar todos estos embates. Sí­ Miguel, va a ser difí­cil pero van a pasar 50 años y la Iglesia seguirá en pie, van a transcurrir cien años e igual, vamos a llegar al siglo XVII, al XVIII, al XIX, al XX y mas allá. Siempre con problemas, minados por malos elementos, pero siempre mirando hacia el futuro.