Crisis en educación. Ahora a la superior


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Desde erráticas hasta maliciosas y tendenciosas parecen las ideas imperantes en materia de la readecuación educativa concretada este año. Con el pretexto de buscar una mayor profesionalización en los responsables de la docencia en el nivel primario, se está tirando a la basura un modo de aspiración para un significativo segmento de la población urbano-marginal. Se concreta también el zarpazo a la educación superior al negársele a la Usac su “asignación privativa no menor al 5 % del Presupuesto General de Ingresos Ordinarios del Estado”, contenida en el artículo 84 constitucional.

Walter Guillermo del Cid Ramírez
wdelcid@yahoo.com


¿Cuántos docentes egresados del nivel medio se habrán podido incorporar a la búsqueda de su profesionalización universitaria y cuántos de éstos tendrán el aliciente económico en sus ingresos para estimularles en dignidad por el esfuerzo emprendido? ¿Cuántos estudiantes del bachillerato en magisterio, al finalizar el año entrante tendrán las posibilidades económicas y el interés personal por ampliar su formación para llegar a ser profesionales universitarios dedicados a la docencia? ¿Cómo se podrá elevar el nivel de competitividad del país, si se está truncando de un solo golpe el proceso de profesionalización educativa propia del nivel superior, al limitar, restringir o simplemente reducir el aporte estatal a la educación universitaria que por disposición constitucional le corresponde a la Universidad de San Carlos de Guatemala? ¿O simplemente se estará negando el acceso educativo?

Se podrá estar de acuerdo o no en la manera que se conduce la máxima casa de estudios del país. Se podrán señalar desaciertos en relación al otro imperativo constitucional contenido en el artículo 82, en cuanto que ésta “cooperará al estudio y solución de los problemas nacionales”. ¡Que ha sido eficiente!, podrán pensar algunos. Que han faltado aportes, podrán indicar otros. Pero sin lugar a dudas la Universidad de San Carlos de Guatemala es un patrimonio vivo del Pueblo de Guatemala. ¡Que la actual AEU es un reducto de vividores!, podrán pensar otros. La Universidad es eso y es más, mucho más. Los imperativos constitucionales alrededor de la máxima casa de estudios superiores del país hacen su verdadera razón de ser. Sin embargo, las obligaciones presupuestarias incumplidas a partir de la obstinación del actual responsable del Ministerio de Finanzas Públicas, cuya negativa la tiene en estos apuros financieros pueden derivar en una compleja problemática. La intransigencia de este funcionario está llevando otra vez al Presidente a una nueva crisis. Crisis que podría desbordar una renovada conflictividad social que arrastraría a la comunidad capitalina a una tensión creciente. Y con ella a los principales cascos urbanos del interior del país.

En tanto del lado “técnico educativo”, la responsable de la otra cartera calla. El silencio es cómplice. ¿Cómo esperan echar a andar la profesionalización magisterial de manera sostenida si se restringen los recursos a la Universidad? ¿En qué mentalidad cabe salir al mundo a ofrecer “las ventajas comparativas” de Guatemala, sin que para el efecto se ofrezca una mano de obra altamente calificada para garantizar mayor eficiencia en términos de productividad? El estrangulamiento financiero a la educación superior no hace sino hundirnos aún más en el abismo de nuestras carencias.

En tanto se continúe en este limbo presupuestario, los eternos enemigos de la Universidad se regocijan. Se llenan de alegría, por fin vislumbran el descalabro que minará la credibilidad de la Usac que el Pueblo ha depositado en las luchas históricas de sus más ilustres mártires. El cuerpo colegiado superior tendría que reconfigurarse a sí mismo y de manera inmediata plantearse nuevas formas para demandar el pronto cumplimiento de la norma constitucional y con ello alcanzar la asignación ahora negada. La educación en general no es un componente que pueda estar en “regateo”. La educación superior aún menos. En un entorno carente de liderazgos auténticos, ¿qué tal una marcha encabezada por el CSU en pleno, hasta ese despacho, allá en el edificio del Ministerio de Finanzas?