Los recientes hechos de violencia que sacudieron a la sociedad guatemalteca tuvieron un antecedente en países vecinos, en donde las estructuras criminales mostraron su potencial a través de la intimidación y la saña con que cometieron los crímenes, al punto que sirvieron de ejemplo o modelo, para actos de similar barbarie.
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El 7 de junio medios nacionales e internacionales publicaron el hallazgo de nueve personas decapitadas en dos Estados de México. En estos casos, las cabezas fueron abandonadas con mensajes intimidatorios.
De acuerdo con publicaciones de medios impresos en la ciudad de Cuernavaca, en el Estado central de Morelos, la policía encontró en la madrugada del 7 de junio los cuerpos decapitados de tres personas no identificadas, junto a ellos tres cabezas dentro de bolsas de plástico.
Cerca de los restos humanos fue dejado un mensaje en una cartulina en el que se advertía que lo mismo le va a pasar a quienes apoyen a Edgar Valdez Villarreal, un sicario conocido como «La Barbie» y quien, según las autoridades, se disputa el control del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, sostiene una publicación de agencia de noticias AP.
Mientras que en la ciudad de Gómez Palacio, en el estado norteño de Durango, fueron localizados los cuerpos de seis hombres decapitados y dos cabezas humanas dentro de bolsas de plástico.
Tres días después, el 10 de junio, en Guatemala se originaba un hecho similar; cuatro cabezas son halladas en las zonas 1, 11, 12 y 18, los cuerpos de los asesinados son encontrados en distintos sectores.
Los mensajes que sobresalen en estos hallazgos son contra el Ministerio de Gobernación (Mingob) y el Sistema Penitenciario (SP), donde se destaca: «Esto está sucediendo por todos los malos tratos e injusticias que hay en las cárceles del país. Si usted no le pone mayor interés y dedicación a los malos tratos que hay en las cárceles del país, de lo que acontezca en adelante hacemos responsables al Ministerio de Gobernación y al Sistema Penitenciario y a…».
INTIMIDACIí“N
A este suceso se suma otra situación, el secuestro y posterior decapitación de la jefa de Personal del Preventivo para Varones de la zona 18, Wendy Mariela Colín, cuyos restos son encontrados el 28 de junio a inmediaciones de una radioemisora en la zona 15.
En otro hecho similar, el 20 de junio, pandilleros quemaron un microbús del servicio urbano, en la periferia de El Salvador, asesinando a 16 pasajeros, que murieron calcinados. De acuerdo con medios escritos de ese país, el hecho se originó porque el conductor se negó a pagar la extorsión.
El 12 de julio las coincidencias se suscitaban en Guatemala, una granada de fragmentación M-26 es lanzada contra un bus de San Juan Sacatepéquez, en la zona 7, causando la muerte a tres usuarios e hiriendo a más de diez.
Poco tiempo transcurría de este hecho, cuando el 15 del mismo mes es lanzado otro artefacto explosivo contra un bus de la ruta 260, donde resultan con quemaduras cinco personas que viajaban a bordo de la unidad de transporte. El suceso se registra en la 20 avenida y Calzada José Milla y Vidaurre, en la zona 6.
ESTRUCTURAS CRIMINALES
De acuerdo con fuentes de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic), no se descarta que los hechos suscitados en otros países y reproducidos posteriormente en Guatemala, puedan estar vinculados con mafias transnacionales, pues los tentáculos de éstas operan en conjunto, incluso acuerdan utilizar estrategias criminales que infunden temor.
Alejandro Rodríguez, de la unidad de Política Criminal del Ministerio Público (MP), por su parte, opina que, en efecto, las estructuras criminales, principalmente las pandillas, están vinculadas con otros países y son mafias transnacionales que logran comunicarse por medio de la tecnología, sin embargo, el profesional considera que también pueden manejarse otros móviles como la imitación de hechos, la coincidencia y la utilización de estrategia de miedo.
En su momento, el ministro de Gobernación (Mingob), Carlos Menocal, manifestó que los últimos hechos de violencia en los buses se perpetraron con el propósito de causar terror.
«Ellos -los criminales- usan el recurso del miedo, pues atacan buses donde se transporta mucha gente, en horarios de mucha afluencia», indicó.
Menocal refirió que existe una alianza entre grupos criminales organizados con intención de generar temor.
«Esto sobrepasa la forma de actuar de las pandillas y son acontecimientos violentos en los que participan organizaciones criminales con intereses personales, que van desde las cárceles y delincuentes que buscan mantener sus actividades ilícitas, y siembran terror entre la ciudadanía», indicó.
Tras esos hechos que causaron la indignación de la sociedad guatemalteca, las autoridades de seguridad dicen haber incrementado los patrullajes con fuerzas combinadas, coordinan investigaciones sobre lo sucedido y han capturado a nivel local a varios de los responsables de los últimos hechos de violencia.