El crecimiento de Alemania se recuperó como estaba previsto en el tercer trimestre, aumentando 0,7%, gracias a las inversiones en la industria y en la construcción, mientras el consumo interno sigue tímido, según cifras oficiales publicadas hoy.
El producto interno bruto (PIB) creció un 0,7% frente a un modesto crecimiento de 0,3% en el segundo trimestre, según una estimación con datos corregidos de variaciones estacionales difundida por la Oficina Federal de Estadísticas (Destatis).
Esta es exactamente la cifra que vaticinaban por consenso los analistas consultados por Thomson Financial News.
«Los impulsos del crecimiento vinieron del mercado interno en el tercer trimestre», explicó Destatis en un comunicado.
Las inversiones aumentaron claramente en la industria y en la construcción, en comparación con el trimestre precedente, mientras que el consumo doméstico «aumentó moderadamente», detalló.
En cambio, el comercio exterior no contribuyó al aumento del PIB, debido principalmente al fuerte incremento de las importaciones.
«Esto sugiere un comportamiento de las exportaciones más contenido que el de las importaciones», estimó Sylvain Broyer, analista de Ixis-Cib. Las exportaciones son tradicionalmente el motor de la economía alemana.
Sin embargo, el crecimiento de las importaciones también es lógica en las fases de reactivación económica, en las que la demanda interna aumenta fuertemente, observó su colega de UBS, Martin Lueck.
Desde el ángulo del consumo, «el aumento del empleo compensó apenas la baja de los salarios nominales efectivos y el aumento de los precios al consumo», estimó Broyer.
Destatis ofrecerá más detalles sobre el PIB el 22 de noviembre.
La coyuntura económica deberá sin embargo desacelerarse hasta finales de año, predicen los economistas invocando las repercusiones de la crisis del financiamiento inmobiliario en Estados Unidos y el consumo, que apenas despega.
La desaceleración deberá impactar de lleno en 2008, con un crecimiento de 2%, según espera el gobierno, tras un 2,4% en 2007. Algunas previsiones de los economistas auguran incluso un crecimiento inferior a 2% el año próximo.
«Las exportaciones continuarán siendo afectadas por la apreciación del euro y el descenso de la demanda en Estados Unidos», explicó Sylvain Broyer, analista de Ixis-Cib.
Los anuncios de alzas en los precios del gas, de la electricidad y los carburantes -consecuencia lógica del aumento vertiginoso del precio del crudo crudo- no ayudan a crear un ambiente favorable al consumo, destacan los analistas.