El gobierno francés indicó el lunes que adoptaría medidas para que el país «no quede bloqueado» por escasez de combustible, en momentos en que una huelga en las refinerías del grupo petrolero Total, que abastece la mitad de las estaciones de servicio de Francia, amenaza cada vez más con crear un caos.
Las seis refinerías francesas del grupo petrolero se encuentran paralizadas desde el jueves pasado. Los sindicatos protestan contra la perspectiva de cierre de las instalación de Dunkerque (norte) y están inquietos por el futuro de la actividad de refinado en el país.
El gobierno organizará reuniones «para ver como se presenta la situación en los próximos días, y poder decir a las francesas y los franceses que no habrá suspensión del aprovisionamiento», declaró este lunes el ministro francés de la Industria, Christian Estrosi.
«El gobierno tomará las disposiciones para que Francia no quede bloqueada», en pleno periodo de vacaciones escolares, prometió.
Total, quinto grupo petrolero mundial presente en 130 país, con 97.000 operarios, asegura el aprovisionamiento de cerca de la mitad de las estaciones de servicio en Francia.
La amenaza de escasez ya ha provocado que varias estaciones de servicio del país se queden sin reservas, debido a la masiva afluencia de conductores que cargaron combustible por precaución.
El sindicato CGT, mayoritario en Francia y que lleva adelante el conflicto, instó el domingo por la noche a endurecer la huelga tras haber roto negociaciones con la dirección de Total.
De su lado, el ministro Estrosi, que había convocado durante el fin de semana al presidente del grupo, Christophe de Margerie, exigió la «reanudación inmediata» de las discusiones con los sindicatos.
«No se puede dejar a los asalariados en la incertidumbre», agregó, juzgando que las reivindicaciones de estos no eran «excesivas».
La refinería de Dunkerque (norte), que tiene 370 operarios y da trabajo a 450 subcontratistas, se encuentran en huelga desde hace un mes y está ocupada por sus trabajadores desde el martes pasado.
La dirección de Total aseguró el lunes que las negociaciones «continúan», subrayando haber asumido compromisos para una concertación por el futuro del sector en Francia y el futuro profesional de los asalariados afectados por cesación de actividades.
De cara a las elecciones regionales de marzo que se anuncian difíciles para el presidente francés Nicolas Sarkozy, los huelguistas recibieron el inesperado apoyo del partido oficialista UMP.
«Pido al presidente de Total poner en conformidad su discurso y sus actos, y lo más rápidamente posible», declaró el vocero de UMP, Frédéric Lefebvre.
La oposición socialista, que juzgó a la huelga como «totalmente legítima», denunció de su lado la actitud de Total y el cálculo político del gobierno.