Crece protesta


Plan. Brice Hortefeux, ministro francés de Inmigración, explica en el Senado el plan para controlar la inmigración hacia ese paí­s europeo, lo cual ha provocado no pocas crí­ticas. (AFP / La Hora)

Responsables religiosos, intelectuales, polí­ticos y cientí­ficos se han unido en Francia a una creciente protesta para impedir se recurra a exámenes genéticos destinados a limitar la inmigración, en el marco de una nueva ley propugnada por el presidente Nicolas Sarkozy.


Este miércoles, el Senado francés debí­a examinar por segundo dí­a consecutivo el proyecto de ley sobre la inmigración, votado por la Asamblea, donde el partido de derecha UMP es mayoritario.

A pesar de que la enmienda referida a los exámenes genéticos provocó reticencias incluso en el seno de la mayorí­a de gobierno, el presidente Sarkozy declaró que esta medida «no le choca».

La semana pasada, la comisión legislativa del Senado ya habí­a rechazado la controvertida enmienda y el gobierno ha tratado desde entonces de acomodarla en la forma necesaria para conseguir que sea aprobada.

El martes, el titular del recientemente creado ministerio de la Inmigración y de la Identidad Nacional, Brice Hortefeux, dedicó al tema buena parte de su discurso de presentación ante los senadores.

«No dejaré que se haga una caricatura de un texto que el gobierno ha querido sea justo y protector», exclamó el ministro.

Con los exámenes genéticos se trata de «dar un nuevo derecho a los extranjeros de buena fe», dijo, mediante un dispositivo «no obligatorio».

El recurso a exámenes genéticos para demostrar la filiación cuando un inmigrante en Francia desea reunirse con su familia, a que se refiere la enmienda, ha provocado una ola protestas de parte de la opinión francesa e internacional.

«Ahora, es el ADN y después a qué examen nos someterán para saber si los cromosomas de nuestros tatarabuelos no tení­an » habí­a comentado la semana pasada el presidente senegalés Abdulaye Wade.

De su lado, el presidente de la Comisión de la Unión Africana Alpha Oumar Konaré, considero los exámenes genéticos «inaceptables a nivel ético, moral y cultural».

El semanario satí­rico Charlie Hebdo lanzó este miércoles una petición reclamando se retire la disposición, la que fue retomada por el diario de izquierda Liberatión y firmada por polí­ticos, intelectuales, cientí­ficos, sindicalistas y artistas.

Ex primer ministro de derecha, ex rival de Sarkozy, Dominique de Villepin firmó el texto, estimando que este tipo de legislación no tiene su lugar en Francia, paí­s que ya conoció «desgraciadamente, las razzias y el rechazo del prójimo» (En Francia, razzia, tiene una connotación asociada a la persecución de judí­os por la policí­a francesa, durante la segunda guerra, NdlR).

Charles Pasqua, senador gaullista, importante figura de la derecha, y ex ministro del Interior, en una entrevista el martes al diario Le Parisien/Aujourd’hui, comentó: «A nosotros los gaullistas, esto nos trae malos recuerdos. Se conoce el uso que hicieron los nazis de la genética».

El dirigente centrista Franí§ois Bayrou estimó que el proyecto de ley apunta a aplicar a los inmigrantes una «mecánica biológica» que «ni se sueña imponer a los ciudadanos franceses».

La actriz Isabelle Adjani, nacida en Parí­s, de padre argelino y madre alemana, firmó el texto «en nombre de la dignidad humana» porque «no quiere creer que se pueda pensar en esta especie de purificación étnica».

Los representantes religiosos criticaron de su lado el espí­ritu general del proyecto de ley y el propósito de las pruebas ADN como «una grave deriva sobre el sentido de lo humano y de la dignidad de la familia».

Los franceses «tienen una concepción de la nación y una noción de universalismo diferente y un código civil que no distingue los hijos legí­timos de los hijos naturales o adoptados», explicó a la AFP el especialista sobre la inmigración Patrick Weil, explicando los alcances del debate polí­tico y moral sobre el tema.

«Ahora, es el ADN y después a qué examen nos someterán para saber si los cromosomas de nuestros tatarabuelos no tení­an; qué se yo.»

Abdulaye Wade

Presidente senegalés