A tres días de que los líderes europeos designen al nuevo presidente estable y al jefe de la diplomacia de la UE, la idea de que uno de los dos puestos sea asumido por una mujer cobró fuerza el lunes, pese a que la mayoría de candidatos barajados públicamente son hombres.
«Estamos a lunes, todavía quedan tres días» para tomar una decisión, declaró el ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE, antes del inicio de un encuentro con sus homólogos europeos en Bruselas.
Los jefes de Estado y de gobierno del bloque se reunirán el jueves en una cumbre extraordinaria para designar al primer presidente estable que conocerá la UE y al Alto Representante de Relaciones Exteriores, un puesto que ya existe pero al que se dotará de unas prerrogativas reforzadas.
Ambos cargos serán creados con la entrada en vigor el mes que viene del Tratado de Lisboa, llamado a incrementar la influencia de la UE en el mundo y mejorar su eficacia interna.
Las negociaciones para ambas designaciones se desarrollan a través de una intensa diplomacia entre bastidores, un proceso que muchos critican por su falta de transparencia.
Varios nombres de candidatos se filtraron pese a ello al dominio público, la mayoría de ellos hombres, algo contra lo que varias responsables europeas se rebelaron el lunes en una carta publicada por el Financial Times.
«Una vez más, parece que sólo se va a designar a hombres» al frente de la UE, lamentaron la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, la vicepresidenta de la Comisión, Margot Wallstroem, y la número dos del Europarlamento, Diana Wallis.
«Es hora de transformar las palabras en actos, nombrando a mujeres», escribieron las tres, mencionando la candidatura de la ex presidenta letona Vaira Vike-Freiberga a presidir el bloque.
La comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, se sumó el lunes al llamamiento: «Creo que las mujeres cualificadas deben estar» al frente y «esto también vale para los puestos de dirigentes».
El primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, y el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, también se han mostrado partidarios de nombrar a una mujer.
Pero las pocas candidaturas femeninas citadas hasta ahora tropiezan con el obstáculo de no cumplir con el requisito que parece imponerse con el paso de los días: que el presidente ocupe o haya ocupado el puesto de jefe de gobierno y el Alto Representante esté al frente de la cartera de Relaciones Exteriores o lo haya estado.
Con este criterio, estarían fuera de competición Vike-Freiberga así como la comisaria europea de Comercio, Catherine Ashton, barajada para el segundo cargo.
Todo lo contrario que el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, considerado favorito a la presidencia, y el resto de nombres conocidos en liza: los jefes de gobierno luxemburgués, Jean-Claude Juncker, y holandés, Jan Peter Balkenende.
También el ex canciller italiano y candidato al puesto de Alto Representante, Massimo d»Alema, se ajusta a la condición de haber dirigido un servicio diplomático.
Pese a todo, tampoco sería de extrañar que estas candidaturas se desecharan y se acabara nombrando a figuras inesperadas.
«Hay una veintena de nombres para ambas funciones», admitió el lunes el ministro finlandés de Relaciones Exteriores, Alexander Stubb.
«Varias candidaturas sorpresa emergieron en los últimos días», que se suman a la «decena» con la que ya se contaba, afirmó por su parte el italiano Franco Frattini.
El juego cada vez más amplio de quinielas podría llevar a prolongar la cumbre hasta el viernes, pero, en cualquier caso, la presidencia sueca aseguró que los líderes «tomarán una decisión» antes de cerrarla.