El presidente í“scar Arias enfrenta presiones para que disuelva el servicio de inteligencia de Costa Rica, creado durante la Guerra Fría para investigar a grupos de izquierda y ahora acusado de hacer espionaje político sin control, en un país que carece de Fuerzas Armadas.
El sindicato de empleados públicos efectuó una manifestación este jueves para exigir la disolución de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), que depende del ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, hermano del mandatario, considerado el hombre más poderoso del gabinete.
Los críticos de la DIS, entre ellos algunos políticos y activistas que dicen haber sido espiados en 2007 por su campaña contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, se anotaron un punto el miércoles cuando el fiscal general, Francisco Dall»Anese, exigió a Arias que disolviera la DIS.
«Hay que disolverla. ¿Qué se va a cambiar con las mismas personas?», declaró el fiscal, al rechazar una invitación de Arias a colaborar en la reforma de la DIS.
La DIS fue creada en 1963, con el nombre de «Agencia de Seguridad Nacional», bajo inspiración estadounidense para frenar a grupos de izquierda pero tras el fin de la Guerra Fría sus tareas no son muy claras y tampoco están sujetas a control del Congreso.
Su presupuesto se ha recortado tanto que se comenta que sus 200 agentes hacen trabajos a privados en sus horas libres debido a sus bajos salarios.
«Estos servicios son restos paleontológicos de la Guerra Fría que no funcionan», dijo a la AFP el analista político Constantino Urcuyo.
La DIS «cumplió una función histórica, mantener control de los comunistas en la Guerra Fría, y después se desmanteló tanto que las acusaciones que se le hacen ahora son que (sus agentes) hacen trabajos a privados», agregó.
La polémica sobre la DIS llegó el año pasado a la justicia, luego de que el gobierno le negara la ciudadanía al periodista colombiano Carlos Meneses, quien residía hacía 30 años en el país, porque tenía «anotaciones» en los archivos de la DIS.
Meneses pidió conocer qué tipo de anotaciones tenía, pero la DIS se negó aduciendo que eran «confidenciales», por lo que el afectado recurrió a la Corte Constitucional, que falló en su favor y dispuso que esos antecedentes debían ser divulgados.
Los críticos también alegan que la DIS actúa bajo el control discrecional del ministro de la Presidencia, cargo de mucho poder político, sin coordinación con la policía, que depende del Ministerio de Seguridad Pública, y sin supervisión del Congreso.
Costa Rica disolvió sus Fuerzas Armadas en 1948, tras una guerra civil, y su actual presidente es Premio Nobel de la Paz (1987), lo que alimenta las críticas contra un servicio de inteligencia que responde a las órdenes del hermano del mandatario.
Las críticas llevaron al presidente Arias el año pasado a anunciar que pediría asesoría a Colombia y Chile para reformar la DIS, pero Urcuyo dijo que lo primero que debe hacer el gobierno es poner al servicio de inteligencia bajo supervisión del Congreso, como en Estados Unidos.
«El problema de toda policía es que tiene que tener control civil, esté donde esté. El problema con la DIS es que no ha habido adecuado control político-civil», dijo.