Las peores inundaciones registradas en Pakistán desde hace 80 años ya causaron unos 3,2 millones de damnificados, en momentos en que crecen los riesgos de brotes epidémicos y la población manifiesta su enojo por la falta de intervención gubernamental.
En el asolado pueblo de Mayuky Faqirabad, algunos supervivientes caminaban descalzos, con burros cargados de equipaje, o se subían a coches repletos de ropa y valijas para tratar de irse a lugares más seguros, en momentos en que fuertes lluvias caían nuevamente en el noroeste de Pakistán, agravando aún más la miseria de esta gente.
La mayoría de las casas del pueblo fueron destruidas y los habitantes afirman que se encontraron 10 cadáveres, pero que un mínimo de 100 personas siguen desaparecidas.
Socorristas y militares afirman que están procurando llegar a las zonas afectadas, pero las críticas de los sobrevivientes se intensificaron en momentos en que el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, está efectuando una visita a Francia.
«Dos jóvenes vecinas se ahogaron», dijo Sher Khan, de 40 años. «Zardari tendría que visitar las zonas inundadas para mejorar la situación de los damnificados en lugar de andar recorriendo Francia y Gran Bretaña», lamentó.
«Estamos aislados del resto del país desde hace cinco días», afirmó Muhamad Tariq, un maestro de escuela de 37 años del distrito de Bahrain.
«El ejército y las autoridades locales repiten que nos van a llevar en avión o helicóptero a Peshawar, pero nada de eso ha ocurrido», agregó.
Mientras tanto, sigue creciendo el número de damnificados y el riesgo de brotes epidémicos.
Según un portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Marco Jiménez Rodríguez, «unos 3,2 millones de personas se vieron afectadas por las inundaciones, de las cuales 1,4 millones son niños».
Mientras que la UNICEF hablaba de unas 1.400 víctimas fatales, las autoridades de la provincia más afectada, la de Jiber Pajtunjua (ex Provincia de la Frontera del Noroeste), indicaron que esa cifra alcanzaría las 1.500 personas.
Las precipitaciones provocaron fuertes inundaciones y deslizamientos de terrenos, destruyendo miles de viviendas y devastando las tierras agrícolas en una de las regiones más pobres de Pakistán.
Las autoridades paquistaníes han advertido sobre la propagación del cólera y la gastroenteritis debido a la falta de agua potable, precisando que aún continúan evacuando damnificados en el distrito de Swat.
La ONU también advirtió sobre la necesidad de llevar agua potable lo más rápido posible para evitar la propagación de enfermedades.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), unas 980.000 personas se encuentran sin techo o desplazadas en forma temporaria en cuatro distritos del noroeste. Esta cifra podría subir hasta un millón de personas.