Miles de campesinos leales al presidente Evo Morales refuerzan hoy un cerco en torno a Santa Cruz, la ciudad más rica de Bolivia y feudo de la oposición, sobre la que amenazan con marchar si cuatro prefectos opositores no firman con el Gobierno un acuerdo para pacificar el país.
Entre 15 mil y 20 mil labriegos -según medios locales- bloquean desde hace dos semanas todos los accesos a la capital de la región más rica del país y de momento se encuentran estacionados en cuatro poblados, entre 30 y 80 kilómetros de Santa Cruz, según informó Fidel Surco, líder del sindicato de colonizadores.
Varios dirigentes amenazan con marchar sobre Santa Cruz, una ciudad que rechaza al presidente Morales, con lo cual se podría generar un peligroso escenario de violencia.
El dirigente Surco dijo a la AFP que la movilización «es pacífica» y que se hacen consultas entre los sindicatos de campesinos y cocaleros que participan en el bloqueo para decidir si avanzarán hacia Santa Cruz.
«Aún no hemos comenzado la marcha, vamos a ver cuándo comenzamos», apostilló, señalando que exigen que el prefecto Rubén Costas (Santa Cruz) y sus colegas Mario Cossío (Tarija), Ernesto Suárez (Beni) y Savina Cuéllar (Chuquisaca) firmen un acuerdo con el gobierno para pacificar el país.
El matutino La Razón y el canal de televisión privado ATB mostraron con imágenes que algunos indígenas portan armas, como escopetas, y una mayoría con palos.
«Son viejas escopetas que se usan para cazar animales y aves, pero no hay fusiles máuser o modernas», aseguró Surco, que es también un influyente dirigente del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
En otro punto del bloqueo, en la comarca de El Torno, a 40 km de Santa Cruz, Milan Berna, dirigente de la Confederación Sindical íšnica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, señaló que el bloqueo no se levantará y que «si tomamos la determinación, vamos a entrar hasta el centro de la ciudad».
«No estamos armados; son inventos de la oligarquía. Si fuéramos agresivos ya hubiéramos tomado Santa Cruz, como ellos tomaron oficinas públicas. Seguimos apostando por el diálogo», remarcó en referencia a las entidades oficiales tomadas por opositores a Morales.
Anunció que en las próximas horas se reunirán en «un cabildo» campesino para decidir los pasos a tomar, aunque no descartó que con el ánimo de apaciguar las protestas y para permitir los acuerdos entre el gobierno y los prefectos rebeldes, congelen temporalmente su marcha a Santa Cruz.
David Sejas, líder de la Unión Juvenil Cruceñista, grupo de choque que se opone al presidente Evo Morales y al que acusa el gobierno de impulsar la toma forzosa de oficinas públicas hace dos semanas, dijo que «una eventual violencia será culpa del gobierno».
El líder radical reveló que «se están organizando para no permitir que haya este tipo de marcha» de los oficialistas.
Ante el temor del ingreso de los campesinos pro gobiernistas a Santa Cruz, el alcalde de esta ciudad, Percy Fernández, decidió suspender varios actos públicos programados para este miércoles en conmemoración de los gritos libertarios en esta ciudad contra la corona española en 1810.
Los indígenas, que sostienen por segunda semana el corte de rutas que aisló a Santa Cruz con el norte amazónico y el oeste andino, piden la renuncia del prefecto Costas, a quien acusan de promover hace días la toma violenta de oficinas públicas estatales.
También exigen que los prefectos rebeldes Costas, Mario Cossío (Tarija), y Ernesto Suárez (Beni) firmen un acuerdo con Morales para pacificar el país, sobre varios temas que han polarizado y generado una crisis en Bolivia.
La crisis boliviana ha traspasado fronteras y el presidente Morales buscará apoyo en Nueva York, donde participa este martes en la Asamblea General de la ONU.
Por su parte los presidentes sudamericanos se reunirán el miércoles en Nueva York para tratar el caso boliviano.