La creatividad posee muchas acepciones, se considera que a nivel artístico constituye el origen o la trasformación de algo que se concibe como original y propio de la persona que lo realiza y lo plasma en cualquier clase de obra de arte. La relación entre actividad creativa y enfermedad psiquiátrica es un viejo tema de interés.
Muchos artistas a lo largo de la historia sufrieron de enfermedades psiquiátricas, entre ellos, los pintores Vincent van Gogh y Edvard Munch’s. Estudios observan que personas creativas ostentaban trastornos del ánimo: Charles Dickens, Tennessee Williams, Ernest Hemingway, León Tolstói, Virginia Woolf, Sylvia Plath, Alfonsina Storni, entre otros. Por lo cual se ha planteado la consideración de la relación entre creatividad, genialidad, proceso artístico y enfermedad mental.
La creatividad utiliza procesos mentales primarios, estos se refieren a manifestaciones rudimentarias de los procesos cognitivos que se encuentran vinculadas al inconsciente y al principio del placer, así como a expresiones de los lenguajes psicóticos y el de los sueños. Así como, elementos propios del proceso de pensamiento secundario, característico del pensamiento racional que se apega más al principio de la realidad.
Para la integración de los dos procesos de pensamiento descritos con anterioridad se ha propuesto el término de “proceso terciario”, el cual se describe que se encuentra al servicio de la trascendencia individual.
El acto creativo constituye una síntesis de procesos primarios y secundarios con la que se satisface, de manera positiva y apropiada, exigencias de tipo intrapsíquicos y sociocultural. En la creatividad científica no basta con la formación de síntesis, sino es necesario que corresponda con los aspectos objetivos de la realidad exterior.
Se describe que algunos individuos psicóticos al parecer son capaces de funcionar parcialmente en niveles de alta creatividad no sólo artística sino también científica. Por lo tanto “La psicosis creativa se caracteriza por manifestaciones psicopatológicas afectivas y delirantes, pero con preservación de las facultades de empatía, contacto afectivo y respuesta adecuada a las necesidades rutinarias”.
Salvador Dalí, famoso pintor, afirmaba “La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco”. En lo cual se encuentra comprendida y tal vez, también aceptada la relación entre locura y creatividad por parte del artista. El escritor Stefan Zweig nos dice: “Crear es una lucha continua entre la consciencia y la inconsciencia. Sin estos dos elementos no puede realizarse el acto artístico (…) sometido a esa ley, es libre”. Para este autor la concepción de la obra de arte es un proceso íntimo y en gran parte un misterio. Sin embargo, él también nos hace referencia a la interacción entre la conciencia y lo inconsciente que podría ser parte de lo que se dice con anterioridad a un proceso terciario del pensamiento.
Dentro de la historia de los grandes artistas y de las grandes mentes se encuentra con frecuencia la vivencia de una existencia con altos y bajos de ánimo, la posibilidad del uso de sustancias psicoactivas, comportamiento extravagante, la posibilidad de trastornos psiquiátricos y también del desenlace vital en la muerte a través del suicidio.
Se ha atribuido a estas personalidades creativas, la coexistencia de un trastorno psiquiátrico, con variabilidad en la especificidad de su diagnóstico. Sin embargo, parece ser que el trastorno afectivo bipolar cursara con mayor frecuencia. El suicidio en esta población es de 1 de cada 5 pacientes y los intentos suicidas son 30 veces más frecuentes que en la población general.
Las dos terceras partes de la población de personas que padecen del trastorno afectivo bipolar tienen al menos un familiar cercano con dicho diagnóstico o con depresión mayor. Existe un riesgo hereditario que se precipita por estresores externos. Si uno de los progenitores sufre del trastorno bipolar, la probabilidad de que los hijos la padezcan es del 37% y si ambos progenitores la posibilidad se eleva a un 50-75% y también tienen el riesgo de cursar con otros trastornos del afecto en un 20 al 40%.
En conclusión la relación entre creatividad, genialidad y trastornos psiquiátricos ameritan un mayor estudio y profundización para tener evidencias claras de una interacción precisa. Que ayude a formular diagnósticos y tratamientos de manera más inmediata y programas de prevención y fomento de la salud en poblaciones con algún grado de vulnerabilidad.