Crean ratones a partir de células madre


Los ratones creados a partir de células madre, resultado de los experimentos de la Academia china de Ciencias.

Un equipo cientí­fico chino logró crear ratones, que incluso pudieron procrear, a partir de células madre resultantes de una reprogramación de células adultas, según el resultado de la investigación publicado el jueves por la revista cientí­fica británica Nature.


Esta es «la primera prueba definitiva, que sepamos, de que las células iPS son realmente pluripotentes», es decir, tan polivalentes como las células madre embrionarias, una caracterí­stica «determinante para las aplicaciones terapéuticas», concluyen Qi Zhou (de la Academia China de Ciencias, en Pekí­n) y sus colegas.

La capacidad de las células madre embrionarias para diferenciarse y así­ producir cualquier tipo de células humanas (sanguí­neas, nerviosas, musculares, etc.) es el eje central de la medicina «regeneradora» que permitirí­a, en el futuro, reparar el corazón u otros órganos, pero su utilización suscita interrogantes éticos.

Gracias a los trabajos pioneros, en 2006 y 2007, del investigador japonés Shinya Yamanaka, que permiten programar células diferenciadas adultas (y no embrionarias) para que sean polivalentes, las células madre pluripotentes inducidas (iPS, pos sus siglas en inglés) son consideradas una alternativa a la utilización de células madre embrionarias.

Desde entonces, esta técnica «fue utilizada a menudo para reprogramar los genomas de las células (…) en un estado pluripotente similar al de las células embrionarias», recuerda Qi Zhou en el estudio publicado en lí­nea por Nature.

Para demostrar que las células iPS son tan polivalentes como las células madre embrionarias, probó que podí­an permitir engendrar ratones fértiles.

El equipo de Qi Zhou y Fanyi Zeng (Universidad Jiao Tong de Shanghai) creó 37 linajes de células iPS, entre los cuales tres permitieron el nacimiento de 27 ratoncitos.

Uno de ellos, de color marrón, pudo fecundar a una hembra de pelo blanco cuando se convirtió en adulto, y engendrar ratoncitos de segunda generación en buen estado de salud, según los investigadores.

Para producir ratones viables, los investigadores utilizaron como cuna biológica células llamadas blastocistos con cuatro juegos de cromosomas (en lugar de dos normalmente, uno del padre y el otro de la madre).

En esta cuna (destinada entre otras cosas a crear la placenta), inyectaron luego células iPS que transmitieron su propio patrimonio genético a todas las células-hijas que forman el embrión. Lo que demuestra, según los investigadores, que las células iPS son tan pluripotentes como las células madre embrionarias.

Aunque la clonación no era el objetivo de la experiencia, tuvo como consecuencia la creación de animales con el mismo programa genético que las células adultas reprogramadas. La utilización de cuatro juegos de cromosomas (y no dos) permite evitar la mezcla de ADN del blastocisto, destinado a desaparecer, con el de las células iPS.

Esta técnica compleja evita crear quimeras, animales cuyas células no tienen el mismo patrimonio genético. Los ratoncitos de segunda generación tienen «un pelaje marrón uniforme», señal de que sus padres no son quimeras, subrayan los investigadores.

Durante una conferencia, alentaron a continuar «cualquier tipo de investigaciones sobre las células madre, sin limitarse a las células iPS».