El gobierno de Costa Rica derogó una moratoria vigente desde 2002 que impedía el desarrollo de proyectos de minería, ante lo cual organizaciones ecologistas acusaron al presidente í“scar Arias de «traicionar» su pretendida estrategia de «Paz con la naturaleza».
La derogación de la moratoria que había sido establecida por el anterior presidente Abel Pacheco, fue anunciada hoy por el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) en un comunicado.
Paralelamente, el Minae anunció que autorizó la puesta en marcha del denominado proyecto Crucitas, en Cutris, cerca de la frontera con Nicaragua, para la explotación de oro por parte de una empresa canadiense, que ha sido cuestionada por los ambientalistas.
«Esto lo que viene a demostrar es el doble discurso del presidente í“scar Arias y sus ministros. Para la exportación hablan de «Paz con la naturaleza», pero en los hechos se muestra que tal discurso es falso», declaró uno de los dirigentes de la Federación Costarricense de Ecologistas (Fecon), Mauricio ílvarez.
Tras el levantamiento de la moratoria, cuatro organizaciones de Costa Rica y Nicaragua emitieron un pronunciamiento dirigido a la comunidad internacional en la que denuncia la actitud del gobierno de Arias, quien fue Premio Nobel de la Paz en 1987.
«Alertamos a la comunidad internacional y donantes de Nicaragua y Costa Rica sobre el peligro real que representa para la biodiversidad y el recurso hídrico de la gran cuenca del río San Juan y la fijación de carbono para el planeta, el inicio y desarrollo del proyecto minero Crucitas», indicó el pronunciamiento.
Las organizaciones de Costa Rica y Nicaragua destacaron «la incoherencia y el doble discurso de los gobiernos de ambos países que por una parte suscriben convenios en materia de conservación de la biodiversidad» y «por otro lado destruyen la naturaleza que dicen proteger».
Por su parte, la presidenta de la Unión Norte por la Vida, del cantón de San Carlos, norte de Costa Rica, Heidi Murillo, dijo que el proyecto Crucitas «representa una amenaza directa para el ecosistema que corre a lo largo y ancho del río San Juan», cuya soberanía es nicaragí¼ense y que sirve de límite entre ambos países.
Murillo también aseguró que la empresa canadiense que administra el proyecto Crucitas pretende desarrollar el proyecto en una zona donde existe un bosque de 125 mil árboles.
«Van a acabar con ese bosque y van a poner en peligro la cuenta del río. Esto es gravísimo», dijo Bonilla, quien advirtió que los ecologistas lanzarán una estrategia para combatir las políticas del gobierno de Arias.
Bonilla dijo que otra de las zonas que se encuentran ahora en peligro son las montañas de Talamanca, al sur de Costa Rica, donde varias empresas transnacionales pretenden desarrollar proyectos, lo que amenaza a las comunidades indígenas de la región.
El presidente Arias dio a conocer el año pasado en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas un plan de «Paz con la naturaleza», que pretende garantizar la preservación de los recursos naturales en el mundo.