En un ambiente de completa apatía y bajo la amenaza de un masivo abstencionismo, los costarricenses elegirán el domingo los alcaldes de sus 81 cantones, así como otros 4.800 cargos para los ayuntamientos.
Poco más de 2,3 millones de costarricenses podrán acudir a las 4.852 mesas de votación en todo el territorio nacional para elegir a los alcaldes, pero, contrario a la tradición de fiesta que ha caracterizado los comicios del país, la campaña electoral ha pasado inadvertida para la mayoría.
Ni banderas de los diversos partidos o distintivos en vehículos o viviendas se observaban en ciudades y comunidades del país que deberán elegir a los jefes de los ayuntamientos, a los que toca brindar servicios tan importantes como la recolección de basura o decidir sobre megaproyectos que tendrán un impacto directo sobre la ecología.
En diciembre de 2002 se realizó la primera elección directa de alcaldes –antes eran designados por los consejos municipales– con un abstencionismo que alcanzó el 77%, lo que las autoridades del Consejo Supremo de Elecciones (TSE) temen que se repita el próximo domingo.
Como reflejo de la apatía reinante, el TSE informó esta semana que de los 30.000 miembros de mesas electorales encargados de vigilar la pureza del proceso, más de la mitad no había acudido a las delegaciones a juramentarse.
En ese sentido, el coordinador de programas electorales del TSE, Héctor Fernández, dijo que el organismo tuvo que reclutar unos 6.000 voluntarios para garantizar la apertura y funcionamiento de todas las mesas de votación.
El pasado miércoles, la organización Transparencia Internacional (TI) se mostró preocupada por la baja juramentación de esos miembros de mesa.
«TI ha realizado un proceso de diálogo con 12 comunidades del país, en las que se ha detectado una clara falta de organización del proceso electoral, en especial en la fiscalización», señaló esa organización no gubernamental.
«Esperamos que esto no esté ocurriendo en todo el país, (porque) podríamos tener un proceso de votación más cuestionado que el realizado el pasado mes de febrero», cuando se realizaron las elecciones presidencial y legislativa, manifestó Transparencia Internacional.
En los comicios de febrero, en los que resultó electo presidente Oscar Arias por un estrecho margen, el opositor Partido Acción Ciudadana (PAC), que postuló a Ottón Solís, hizo una serie de impugnaciones alegando anomalías en cientos de mesas de votación, que fueron desechadas por el TSE.
En las elecciones generales de febrero pasado, el abstencionismo alcanzó el 35% de la población.