Por primera vez desde su creación por parte de los padres fundadores de la nación estadounidense, la Corte Suprema ya no tendrá un protestante entre los nueve magistrados nombrados de por vida a la mayor instancia judicial del país.
Si Elena Kagan, elegida el lunes por el presidente Barack Obama, es aceptada por el Senado, se sumará a dos jueces judíos y seis católicos. Algo que podría hacer revolverse en la tumba a los puritanos peregrinos del Mayflower, considerados los fundadores de la América anglófona en 1620.
«No habrá ninguna sensibilidad protestante en la Corte Suprema, nadie para comprender los matices de una de las religiones más antiguas y tradicionales de Estados Unidos, la que forjó la cultura de este país», se lamentó Diana Butler Bass, profesora de religión estadounidense, en el sitio de reflexión religiosa BeliefNet.com.
Pero para Frances Kissling, investigadora del Centro de bioética de la Universidad de Pensilvania, que la composición de la Corte Suprema evolucione es un reflejo natural del cambio demográfico de la sociedad estadounidense.
«La mayoría de nuestros presidentes, de nuestros jueces, de quienes deciden, fueron protestantes, pero eso cambia y ahora tenemos un presidente con raíces cristianas y musulmanas y una Corte suprema compuesta por seis católicos y ahora tres judíos», dijo a la AFP. «Creo que es formidable», añadió.
No hace tanto tiempo, esto habría sido impensable.
Judíos y católicos han luchado contra la discriminación en Estados Unidos, que imponía cuotas para limitar su cantidad en algunos empleos jurídicos y en las universidades. «Antes de la década de 1970, no lograban ir demasiado lejos en la profesión jurídica como para poder figurar entre los potenciales candidatos a la Corte Suprema», observó Kissling.
Hubo que esperar hasta 1961 y a John Kennedy para que un católico llegara a la Casa Blanca.
«Algunos antisemitas van a ver con malos ojos el hecho de tener tres judíos en la Corte Suprema pero creo que eso refleja hasta dónde puede uno llegar en Estados Unidos, sea cual sea su raza o su religión», estimó otro experto, Rod Dreher, en BeliefNet.
Según una encuesta publicada en 2008 por el instituto de estudios Pew Research, el 51% de los estadounidenses son protestantes; muchos menos que en la década de 1960, cuando representaban los dos tercios de la población.
Los católicos representan un poco menos de un cuarto de los estadounidenses y los judíos el 2%.