Julio Cortázar es ya «definitivo» con la miscelánea «Papeles inesperados» (Alfaguara), un volumen de casi 500 páginas en las que se agrupan textos inéditos que halló en una cómoda su viuda, Aurora Bernárdez, según explicó el coeditor del libro, Carles ílvarez Garriga.
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«Con esto, no hay que esperar mucho más de Cortázar», avisó ílvarez, ya que durante un año de arduo inventario recopiló, junto a la viuda, mecanoscritos que depositó el autor en las universidades de Texas y de Princeton, otros que mandó a medios de comunicación y los que custodió su ex mujer en París, en la famosa cómoda.
Agrupados en poemas, prosas y autoentrevistas, los textos en prosa se subagrupan a su vez en narrativa breve, textos de acontecimientos públicos y vivencias personales, los redactados para divertir a sus amigos y otros hechos para presentaciones.
De lo que se agrupa en «Papeles inesperados», un tercio ya se había publicado, otro tercio es totalmente inédito y el tercio restante se mantiene en la duda de si alguien alguna vez lo había leído o se había publicado en algún medio de comunicación pequeño.
ílvarez supo de los papeles de la cómoda el 23 de diciembre de 2006 en París, cuando Bernárdez le mostró «unos papelitos» que tenía guardados de Cortázar, y que al final resultó ser «una catarata» que trataron de ordenar, en primera instancia, sobre la mesa de madera en la que escribió «Rayuela».
La mayoría de originales son en español, salvo algunos que están en francés y que Bernárdez, traductora de profesión, ha pasado al castellano, y mecanografiado.
En «Papeles inesperados» «no está todo», porque ílvarez sospecha que existen cartas sin publicar -a pesar de que su viuda sacó en 2000 con Alfaguara parte de la correspondencia de Cortázar?, e instó a todos los poseedores de cartas del autor de «Rayuela» a que se las remitan, ya que se dispone a compilarlas.
Los textos primigenios no se han incluido, tampoco los de dos versiones ?la viuda eligió cuál era la mejor? y otros que el autor no hubiese querido publicar, estimó ílvarez, como el discurso patriótico de 20 páginas que en 1938 hizo ante la tumba del general Guido.
La excepción que se ha hecho es «El lento desplazarse de las constelaciones por tu piel», un texto incompleto dedicado a la muerte de su última compañera sentimental, la escritora canadiense Carol Dunlop.