En las actuales circunstancias cualquiera pensaría que el mayor peligro para el sistema democrático es el narcotráfico, en lo que se refiere a países latinoamericanos, especialmente Guatemala, Colombia, México, Honduras y El Salvador, y el terrorismo, cuando se menciona a las potencias occidentales; pero según un recién fallecido intelectual español, la peor de las enfermedades que pueden atacar a la democracia es la corrupción, un mal generalizado en casi todo el mundo.
El jurista José Antonio Martín Pallín, magistrado del Tribunal Supremo de España, al intervenir en el acto realizado en Madrid recientemente cuando se presentó un libro póstumo del intelectual español José Vidal-Beneyto, indicó que: «No se conoce ningún caso en que el terrorismo haya triunfado sobre la democracia; pero sí lo ha hecho la corrupción», que va de la mano en muchas ocasiones con el narcotráfico, enquistado en instituciones de Estado de América Latina, al igual que el crimen organizado.
Pareciera, entonces, que el sistema democrático es más vulnerable a la corrupción que al terrorismo, pero no se debe pasar por alto que la primera es consecuencia del contubernio entre funcionarios públicos y empresarios inescrupulosos, que llegan a formar parte del crimen organizado, una de cuyas vertientes es el narcotráfico y todas sus ramificaciones.
Respecto a Vidal-Beneyto, fallecido en marzo del año en curso en París, a los 82 años de edad, se destacó como filósofo, sociólogo y politólogo, con doctorados en España, Francia y Alemania, fue fundador del diario madrileño El País, secretario general de la Agencia Europea para la Cultura, asesor de gobiernos y miembro de academias de artes y letras, según lo precisó en un despacho de la agencia IPS el periodista Tito Drago.
En la introducción de su libro póstumo «La corrupción de la democracia» el desaparecido intelectual español señala que su libro es un «Un dispositivo de ataque, un arma de guerra, porque hemos de asumir y hacer frente a los múltiples y graves riesgos que pueden poner fin, no ya a nuestro bienestar, sino a los cimientos de nuestra misma existencia colectiva», y eso que probablemente no estaba enterado del grado de corrupción prevaleciente en Guatemala que ningún gobierno, durante las más recientes décadas, ha logrado erradicar. Más bien, algunos la han cobijado, alentado y protegido porque ha sido y es el depravado instrumento de que se han valido múltiples, pícaros políticos y deshonestos empresarios para enriquecerse ilícitamente.
La corrupción es hoy una pandemia que todo lo invade, que todo lo pervierte: la vida política, la realidad económica, las prácticas sociales, las acciones de gobierno, los modos y fines de la sociedad civil, la esfera del ocio, el mundo del trabajo, los múltiples procesos culturales en los que intervienen y muchas actividades que afectan a los seres humanos en su conjunto, explica Vidal-Beneyto.
En ese orden de ideas, el ensayista y politólogo Ignacio Sotelo, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, al referirse a la obra mencionada y a su autor, puntualizó que en la actualidad lo más sorprendente es la afirmación contenida en el libro sobre la que denominó «democracia criminal, que lleva la corrupción en sus entrañas y todo lo corrompe», y citó como ejemplos los hechos corruptos en el fútbol, la violencia, el tráfico de dinero y la acción de las mafias de la droga; pero lo más detestable -subrayó- es la corrupción política y la complicidad de algunos o muchos medios de comunicación, al encubrir a empresarios coludidos con funcionarios corruptos.
(Un político corrupto le dice al ensayista Romualdo Tishudo: -Como dice un refrán, nací calvo, desnudo y sin dientes, de modo que todo lo que venga, de donde venga y de quien venga es ganancia).  Â