Corrupción en el Banco Mundial


Presidente. El presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz (C), durante una reunión en el FMI.

El Consejo de Administración del Banco Mundial comunicó en las primeras horas de hoy que no habí­a sido informado por su presidente Paul Wolfovitz de los aumentos de salario que el funcionario decidió, de forma personal, para su novia Shaha Riza.


Al informar sobre detalles de la investigación en torno al escándalo por los pagos a su compañera de origen libio, los 24 directores ejecutivos del Banco parecieron cuestionar seriamente el manejo que hizo Wolfowitz del asunto.

En un comunicado, el Consejo directivo informó que Wolfowitz habí­a enviado un memorando al vicepresidente de recursos humanos del BM «ordenándole que logre un acuerdo con la empleada (Riza), especificando en detalle los términos y condiciones».

Pese a los dichos de asistentes de Wolfowitz, el Consejo afirma que el comité de ética del Banco Mundial «no estuvo involucrado en discusiones con la referida empleada».

«Tampoco se encontró que los términos y condiciones del acuerdo hayan sido comentados, revisados o aprobados por el comité de ética, su presidente o el Consejo», concluye.

Ex-responsable de la comunicacion del BM para Medio Oriente, Riza fue removida de la institución en septiembre de 2005 y destinada al Departamento de Estado, seis meses después de la llegada de Wolfowitz a la presidencia de la entidad.

«Creo que habí­a un riesgo legal si el caso no se resolví­a mediante un acuerdo mutuo», advirtió, en una clara alusión a una posible demanda de su novia contra el Banco por tener que abandonar su trabajo, tras su ingreso a la conducción del BM.

El acuerdo alcanzado con Shaha Alí­ Riza, una ciudadana estadounidense de origen libio, le permitió seguir cobrando 61.000 dólares del BM luego de pasar al Departamento de Estado, elevando su sueldo a 193.590 dólares anuales, más de lo que gana la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

«Cometí­ un error y lo siento», reconoció el presidente de la institución financiera, al abrir la rueda de prensa previa a la reunión de primavera del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se celebra este fin de semana en Washington.

«Propuse al Consejo de administración que establezca algún mecanismo para juzgar si el acuerdo alcanzado era una solución razonable. Aceptaré cualquier solución que proponga», habí­a dicho el ex número dos del Pentágono y uno de los mayores defensores de la guerra en Irak.

El sindicato de los empleados del Banco sí­ pidió la renuncia de Wolfowitz y hasta llamó al directorio a abrir el proceso para contratar a un nuevo presidente.

Wolfowitz, que convirtió la lucha contra la corrupción en el tema emblemático de sus dos años de gestión en el BM, se negó a responder a las preguntas sobre una eventual renuncia, aunque sin descartarla, dejando la decisión en manos del consejo de administración de la institución.

Su campaña contra la corrupción levantó crí­ticas muy severas de parte de paí­ses como Gran Bretaña, un aliado de Washington, y de los paí­ses pobres, después de que congelara varios programas con gobiernos considerados corruptos como el Congo, para forzarlos a mejorar su gestión de los recursos públicos.

Bush expresa confianza

El presidente estadounidense George W. Bush mantiene su confianza en el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, pese al escándalo provocado por los favores salariales acordados a una empleada con quien mantiene una relación, informó hoy la Casa Blanca.

«El presidente confí­a en Paul Wolfowitz y en su trabajo» en el Banco Mundial, declaró a la prensa Dana Perino, portavoz de la Casa Blanca.