El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, exhortó a acabar con la «lucha fratricida» en Colombia, en su visita ayer a 170 de unos 2.000 colombianos llegados a Ecuador esta semana huyendo del conflicto, mientras Bogotá gestionaba el regreso de los desplazados.
«Quiera Dios que cese la violencia -intercediendo nuestros buenos oficios- para ayudar a acabar con esa larga lucha fratricida en nuestra hermana Colombia», expresó el mandatario durante la visita a un albergue instalado en un convento agustino de la ciudad andina de Ibarra (norte).
Entretanto, el canciller colombiano, Fernando Araujo, dijo en Bogotá que su gobierno promueve el retorno de los desplazados y que una comisión oficial tenía previsto viajar a la población ecuatoriana de San Lorenzo (noroeste), donde se concentraron más de 1.000 personas desde el pasado miércoles.
Su misión es «conversar con los desplazados y ofrecerles las garantías del gobierno colombiano para que puedan regresar a sus tierras», agregó.