Corre y va de nuevo


Oscar-Clemente-Marroquin

Pese a que anoche el presidente del CACIF aseguraba que según sus encuestas estábamos a las puertas de un acontecimiento histórico con el triunfo en primera vuelta del general Otto Pérez Molina, a quien atribuí­a una intención de voto superior al cuarenta y ocho punto cinco por ciento de los votos, en los resultados oficiales computados a media mañana de hoy, con un total de 94.76 por ciento de los votos computados, el candidato del PP aparecí­a con el 35.98 por ciento de los votos.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

 


Hay que hacer una acotación. Como casi en realidad curioso, el distrito que más se ha atrasado en entregar sus datos es el metropolitano donde a esta misma hora apenas si han procesado el 80 por ciento de las mesas, lo que indica que seguramente son las que aún faltan para tener el total nacional. En otras palabras, el ganador de la elección todaví­a podrá incrementar un poco su porcentaje tomando en cuenta que son votos capitalinos los faltantes y que en esta circunscripción obtuvo buena votación. No ha habido ninguna información en el TSE sobre las causas por las cuales la junta electoral municipal de la ciudad de Guatemala, la más cercana, comunicada y tecnificada, ha sido la de más pobre rendimiento.

En todo caso, el asunto es que habiendo segunda vuelta, al general Otto Pérez le tocará medirse con el doctor Manuel Baldizón, de Lí­der, en una contienda que sin duda será feroz porque se van a disputar palmo a palmo el territorio nacional en busca de los votos necesarios. Es evidente el endoso de los votos de la UNE, con 950,000 en el listado nacional, a favor de Baldizón cuyo partido en la contienda por diputados de dicho listado apenas si pasó de los 300,000. Evidentemente hubo consigna y se cumplió.

Se hablará muchí­simo en estas semanas del fenómeno de Jorge Carpio y de Jorge Serrano Elí­as en las elecciones de 1990, cuando tras haber ganado en primera vuelta, el periodista fundador del diario El Gráfico terminó siendo arrollado por una campaña con cierre impresionante de Serrano, producto no sólo de un hábil manejo de alianzas polí­ticas con partidos como el PAN, de Arzú, y el Socialista, de Mario Solórzano, sino con mucha creatividad para atraer el voto flotante que es decisivo en esa instancia. No olvidemos que muy pocos candidatos en primera vuelta pueden afirmar que tienen un voto duro producto de lealtad a toda prueba al partido o al liderazgo del aspirante, pero aun así­ los endosos que ofrezcan otros candidatos pueden ser muy significativos.

Indudablemente el paí­s polí­ticamente se polarizará en esta segunda vuelta como ocurrió hace cuatro años entre Colom y Pérez Molina, y hay que tener en cuenta que el populismo puede ser uno de los grandes factores en esta segunda parte de la contienda electoral.

Teóricamente con una diferencia entre once y doce puntos porcentuales entre el primer lugar y el segundo, las cosas no debieran cambiar mucho en la segunda vuelta, pero una cosa es la teorí­a y otra puede ser la realidad porque el elector tampoco es extraordinariamente selectivo para calificar la propuesta de cada uno de los candidatos. En ese sentido no se puede esperar mucha seriedad y profundidad en los planteamientos porque quien diga cómo está realmente el paí­s y lo que harí­a falta para salir del atolladero, terminará perdiendo por decir verdades que la gente no quiere escuchar.

De suerte que, por enésima vez, nos endulzarán el oí­do con lo que la gente quiere oí­r, con promesas de un paí­s maravilloso que tendremos con mí­nimo esfuerzo, simplemente votando por el fulanito que nos ofrece el oro y el moro. Los dos candidatos tendrán que recurrir a lo mismo porque está demostrado hasta la saciedad que es lo que el elector espera y desea en su inmensa mayorí­a.