El negociador estadounidense sobre el tema nuclear norcoreano, Christopher Hill, prolongó hoy su misión en Corea del Norte, destinada a salvar las negociaciones sobre la desnuclearización de ese país, mientras las relaciones entre Seúl y Pyongyang sufrían un franco deterioro.
Un portavoz de la embajada estadounidense en Seúl confirmó que Hill, secretario de Estado adjunto para los asuntos asiáticos, llegado a Corea del Norte el miércoles, prolongaba su estadía.
Hill, que tenía previsto inicialmente viajar hoy a Corea del Sur y el viernes a China, intenta salvar un acuerdo sobre desnuclearización de Corea del Norte firmado en octubre de 2007 cuya aplicación parece comprometida.
El miércoles mantuvo conversaciones con su homólogo norcoreano, Kim Kye-Gwan, que debía prolongar este jueves.
Corea del Norte realizó una prueba nuclear en octubre 2006 antes de volver a la mesa de negociaciones sobre el abandono de su programa atómico a cambio de una ayuda en energía y garantías en materia diplomática y de seguridad, que finalizaron con un acuerdo en febrero de 2007.
En julio de ese año clausuró su principal reactor nuclear de Yongbyon y empezó a desmantelarlo en noviembre en el marco del acuerdo que involucra seis países: China, Corea del Norte, Corea del Sur, EEUU, Japón, Rusia.
Su acuerdo sin embargo tropieza sobre las modalidades de control.
Las autoridades estadounidenses exigen que Pyongyang se someta a un mecanismo completo de verificación, con la posibilidad de realizar visitas por sorpresa de las instalaciones.
Corea del Norte sostiene que esas inspecciones no figuraban en el acuerdo de 2007, protesta porque Estados Unidos no lo borró de su lista de países terroristas y amenazó la semana pasada con reactivar sus instalaciones nucleares.
Hill podría proponer como solución de compromiso a Pyongyang que someta a China un plan para la verificación de sus instalaciones, indicó un responsable del departamento de Estado estadounidense que requirió el anonimato.
Un portavoz del departamento de Estado, Sean McCormack, afirmó el miércoles que China podría jugar «un papel especial».
La misión de Hill coincide con un deterioro de las relaciones entre ambas Coreas, que siguen oficialmente en guerra desde el sangriento conflicto de 1950-1953.
El jueves las primeras conversaciones bilaterales de alto nivel desde hace siete meses, a nivel militar, se terminaron con «pocos avances» en la aldea de Panmunjom, en la zona desmilitarizada que separa ambos países, según fuentes de ambos lados.
El régimen de Pyongyang suspendió todos los contactos bilaterales a nivel gubernamental desde la asunción en febrero del presidente surcoreano Lee Myung-Bak, que prometió endurecer la política hacia el Norte.
Lee condicionó la ayuda económica de su país a avances comprobables en la desnuclearización de Corea del Norte, lo que fue interpretado como «una declaración de guerra» por Pyongyang.
Las relaciones se degradaron en julio, cuando unos soldados norcoreanos mataron a un turista surcoreano que se había adentrado en una zona vedada de Corea del Norte.
Este jueves Corea del Norte amenazó con expulsar todo el personal surcoreano del complejo industrial de la ciudad fronteriza norcoreana de Kaesong, símbolo de la cooperación entre las dos Coreas, acusándolo de hacer propaganda.