Antes de las tradicionales maniobras de primavera de las Fuerzas Armadas sucoreanas con Estados Unidos, Corea del Norte le propuso a su vecino del sur dar pasos «prácticos» de distensión.
La Comisión de Defensa Nacional del país comunista vinculó esta propuesta con que Seúl desista de las actividades militares planeadas con las tropas aliadas estadounidenses.
El régimen de Pyongyang se siente provocado por la maniobra anual. En Seúl, mientras tanto, la oferta de Corea del Norte chocó con fuerte escepticismo. Corea del Sur se mantiene firme en realizar los ejercicios, orientados a la defensa.
Ambas Coreas deberían frenar mutuamente desde el 30 de enero su propaganda difamatoria y sus provocaciones, fue citada la poderosa comisión por los medios estatales.
Corea del Norte será la primera en «mostrar acciones prácticas», añadió. De momento se desconoce qué forma adoptarían estas medidas.
Pyongyang exigió ayer a Corea del Sur que renunciara a los ejercicios militares. En una declaración publicada por medios estatales, el Comité para la Reunificación pacífica de Corea, una organización del Partido de los Trabajadores norcoreanos, acusó a Seúl y Washington de pretender realizar «ejercicios de guerra nuclear» y advirtió que si se realizan llevarán «a un Holocausto inimaginable» de las relaciones intercoreanas «y a una catástrofe».
Corea del Norte acusa a Seúl y Washington con regularidad de preparar un ataque durante sus maniobras, que suelen llevar a cabo entre finales de febrero y abril, entre otras.
La tensión en la península corana ha aumentado desde el tercer test nuclear norcoreano, en febrero de 2013.