La intuición, las corazonadas, son importantes para nuestra vida diaria. Constituye la voz interior que nos habla y nos advierte, nos hace saber en un plano subjetivo sin la intervención consciente acerca de situaciones y alternativas en la toma de decisiones. Estas últimas, ante todo cuando se trata de eventos amenazantes para nuestra vida o acontecimientos latentes que no podemos explicar de una manera racional, pero los percibimos casi instantáneamente.
“No sé cómo pero lo sabía†es lo que nos decimos cuando nuestra intuición se hace presente. Nos sentimos en desconcierto, ante nuestro propio conocimiento que nos llega de manera espontánea. Algunas veces le hacemos caso a estas corazonadas y decimos qué bien. Pero, cuando sucede lo contrario, porque somos incapaces de darle crédito a nuestra voz interior, y entonces… sucede lo que sucede. Nos sentimos, con arrepentimiento, culpables y es cuando comenzamos con la tararía de que si hubiese hecho esto o aquello, los resultados hubiesen sido otros.
A veces pasa que se tiene una “mala sensación†en determinado momento de alguien o de algo que nos está pasando y no sabemos explicar racionalmente a qué se debe. Pero, resulta que esta persona puede ser nuestro asaltante, y lo estamos intuyendo, o que la transacción que estamos a punto de realizar es posible que no nos convenga.
La intuición no ha sido vista desde un plano científico, sin embargo cada vez se le ha otorgado mayor interés para su investigación. Se refiere que las mujeres ostentamos mayores poderes intuitivos, esto debido a que tenemos un mayor desarrollo de nuestro hemisferio cerebral derecho. Considero a nuestra condición de género como responsable, ya que por ella, estamos constantemente diversificando nuestra atención y pensamientos, usualmente realizamos más de una actividad a la vez. Y estamos constantemente alertas a las situaciones que pasan a nuestro alrededor, en función del cumplimiento de nuestro “deber†social, como cuidadoras primarias de otros.
Existen referencias de que la intuición se manifiesta mediante palabras, imágenes, sentimientos o sensaciones viscerales, que no siempre sabemos interpretar. Que ésta no debería confundirse con el instinto, la adivinación, la creatividad o la inspiración, aunque pueda fundirse con éstas.
En las investigaciones generadas en este tema, están tratando de proporcionar un marco científico al mismo. Algunos investigadores han llegado a la conclusión de que la intuición es la forma que tiene el cerebro de tomar decisiones rápidas de manera no consciente, basándose en experiencias del pasado y en señales externas. Se ha descrito a la intuición como el resultado de una “ráfaga de pensamiento lógicoâ€.
Podemos atrevernos a decir que la intuición es el sentido común. Que nos explica los acontecimientos a través de una voz interior, a la cual si queremos trasladar a pensamientos lógicos, no tendrá cabida en los mismos. Pero es una forma de ver la realidad de una manera inconsciente. Que puede constituir un aviso, un dar a conocer, una manera de proteger.
Pero esta voz interna muchas veces queda ensordecida debido a la falta de credibilidad que le damos y a la mayor creencia que otorgamos a las voces de nuestro mundo exterior.