CORAZí“N PROTECTOR


A pesar de tener 37 años, Gumersindo Téllez poseí­a la mente de un niño de 4.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Viví­a en una casa muy humilde en un barrio de las afueras de Santo Domingo, República Dominicana, bajo los amorosos cuidados de su anciana madre que viví­a sólo por él.

La señora preparaba y vendí­a dulces, y de esos ingresos, apenas subsistí­an.

Pero, en medio de su atroz pobreza, los dos habí­an encontrado una gloriosa fuente de felicidad en el mutuo y profundo amor que se tení­an.

«Â¡Cuánto te amo!», decí­a constantemente la madre a su hijo, y casi se lo comí­a a besos.

Este, sin comprender, sonreí­a con pureza y ternura.

EL PERFECTO SINí“NIMO PARA LA

PALABRA «AMOR», ES «MADRE».