Mientras varios grupos ambientalistas sostienen su total rechazo a la explotación de recursos naturales no renovables, el sector empresarial ha convocado para realizar un Pacto Ambiental, el cual encuentre puntos medios ante posiciones que hasta ahora se han tornado en irreconciliables.
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El último evento -la prórroga petrolera a Perenco Limited en la laguna del Tigre, Petén- ha vuelto a poner en el centro del debate la explotación y la minería.
Mientras grupos ambientalistas solicitan que no se haga efectiva la prórroga del contrato, el sector empresarial se mostró satisfecho por la decisión gubernamental.
Yuri Melini, director del Centro de Acción Legal Ambiental y Social (CALAS), interpuso un recurso de amparo en la Corte de Constitucionalidad (CC), para evitar la publicación de la prórroga del contrato petrolero a Perenco.
Pese a que el recurso fue rechazado en forma provisional, el ambientalista asegura que continuará con más acciones legales, hasta lograr que se cancele la decisión.
Ante las posturas que se han polarizado la discusión sobre si se permite la explotación, o no, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), lanzó un llamado para mediar la situación y proponen un Pacto Ambiental, en el cual se pueda aprovechar los recursos naturales no renovables del país y, al mismo tiempo, se proteja el medio ambiente.
El comunicado fue emitido semanas atrás, luego de que se publicara la prórroga del contrato petrolero a Perenco.
«La riqueza del país está allí para que sea beneficio para todos los guatemaltecos, y tiene que encontrarse un balance con todos los recursos y la preservación del ambiente», señaló Carlos Amador, presidente del Cacif.
«Hay países que toda su riqueza radica en eso y promueven la explotación de recursos naturales y tienen una protección excelente del medio ambiente, y eso es a lo que Guatemala tiene que aspirar», resaltó Amador, quien cree que es necesario llegar a una convivencia entre el trabajo de explotación de recursos y la protección.
Además, opina que el aprovechamiento de los recursos naturales y la preservación del ambiente son perfectamente compatible, y la no explotación de los recursos conlleva más pobreza para todas estas áreas y para el Estado.
La Cámara de Comercio Guatemalteco Americana (AmCham), mostró su apoyo a esta convocatoria a un Pacto Ambiental; sobre todo, en torno a la controversia por la prórroga a Perenco, afirma que confían en que las diferentes instancias legales interpreten la ley de la forma más transparente y veraz, por lo que apoyan la explotación de los recursos.
«Sí es posible la explotación de los recursos naturales del país, a la vez que se protegen estos recursos», señaló Carolina Castellanos, representante de AmCham, y añadió que es la única forma en que se han desarrollado las comunidades en Petén, Izabal, San Marcos y otras áreas donde hay explotación de recursos naturales.
«Las áreas protegidas se vuelven tierra de nadie, desprotegidas, quedando a merced del narcotráfico, contrabandistas de madera y cualquier otro grupo de crimen organizado, cuando no hay una empresa que esté presente cuidando y protegiendo y que también está preservando el medio ambiente», analizó Castellanos.
Castellanos defiende que las empresas a cargo tienen el compromiso y la responsabilidad social empresarial como parte de sus políticas, así como la de generar empleos; como parte de este eje transversal, han construido y equipado escuelas y centros de salud, en los cuales también proporcionan medicinas, la mayoría de veces de forma gratuita.
La representante de AmCham asegura que las empresas han construido carreteras y vías de acceso, llevado energía eléctrica, telecomunicaciones, agua y demás infraestructura, entre otros beneficios. «í‰sta es labor del gobierno que, por razones diversas, no ha hecho», añadió.
Adrián Zapata -director del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales, dependencia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac)-, respondió con una rotunda negación a la ampliación petrolera en Petén; manifestó que están en contra por razones de índole socioambiental y la conservación del patrimonio cultural.
Sin embargo, destaca que no están en contra de la explotación petrolera, si no más bien de la exploración en la zona núcleo de una área protegida.
Ello podría dar alguna vía libre para reconciliar posiciones, ya que se considera que no se pelea por la explotación en sí, sino por el daño ambiental.
El conflicto todavía no es resuelto por la CC de forma total, por lo que la batalla legal entre ambientalistas y empresarios continúa hasta lograr un Pacto Ambiental, que según los grupos económicos podría ser una salida viable a la problemática.