Controversia por impuestos a combustibles


Imagen de los precios en una gasolinera, los cuales han sido motivo de discordia entre los candidatos demócratas a la Presidencia.

Mientras el precio de los combustibles alcanza récords en Estados Unidos, la negativa del precandidato a la investidura demócrata Barack Obama a aprobar una suspensión de una tasa sobre los combustibles fue objeto de una nueva polémica con su rival Hillary Clinton.


La idea habí­a sido lanzada por el candidato republicano John McCain y la demócrata Clinton, quien disputa la candidatura de su Partido Demócrata con Obama.

Según la asociación automotriz (AAA) el precio promedio de gasolina al consumidor a nivel nacional ascendí­a hoy a 3,60 dólares el galón (3,78 litros) contra 3,28 dólares el galón hace un mes.

«El único medio de hacer bajar el precio de la gasolina en el largo plazo es comenzar a utilizar menos petróleo», dijo Obama.

La posición del senador de Illinois es compartida por numerosos ecologistas y expertos independientes.

Una moratoria «no es una cosa prudente para hacer», estimo Tom Kloza, un experto en temas petroleros. Kloza afirmó que la supresión podrí­a provocar que los automovilistas usaran más sus vehí­culos, haciendo subir los precios, por la ley de oferta y demanda, y beneficiando fundamentalmente a las compañí­as petroleras.

La negativa del senador podrí­a profundizar la distancia que lo separa del estadounidense común, en general receptivo a toda supresión de impuestos. La inmensa mayorí­a de los expertos atribuye la derrota reciente de Obama en Pensilvania a su incapacidad de seducir a las clases medias enormemente mayoritarias en Estados Unidos.

Para justificar su negativa a suprimir la tasa que asciende a 18,4 centavos por galón y que le permitió al Gobierno recaudar 28.200 millones de dólares en 2006, Obama recordó que la tasa sirve para financiar fondos para la construcción y mantenimiento de la red de carreteras.

«Yo no quiero que un conductor ahorre 25 dólares» y «que se encuentre conduciendo sobre un puente peligroso», dijo Obama.

Expertos del Congreso confirmaron que la supresión de la tasa durante los tres meses de verano le devolverí­a a los consumidores en promedio solamente unos 30 dólares. «Es la mitad de un tanque lleno. Qué gran idea», ironizó Obama.

Clinton acusó a su rival de estar distanciado de la realidad de los estadounidenses comunes. «Las familias de clase media pagan demasiado y las compañí­as petroleras no pagan su justa parte para ayudarnos a resolver los problemas que encontramos en las gasolineras», dijo la senadora de Nueva York.

Los dos candidatos demócratas se unieron, sin embargo, para reclamar la instauración de una tasa para las ganancias de las compañí­as petroleras. Clinton precisó que esa tasa sobre los beneficios permitirá compensar la supresión de la tasa de los carburantes y haciendo que los fondos para el mantenimiento de las redes carreteras continúe siendo abundante.

La supresión de la tasa sobre los carburantes de junio a setiembre constituirí­a una disminución del ahorro de 9.000 millones de dólares para los fondos carreteros y podrí­a amenazar unos 300.000 empleos en el sector del mantenimiento carretero, según responsables del sector.

Durante una conferencia de prensa el martes, Bush se negó a pronunciarse sobre la idea.

«Estoy abierto a todas las ideas. Y analizaremos todas las que se nos presenten», dijo, asegurando sin embargo que no iba a «saltar en medio de una campaña presidencial».

El lunes, su portavoz, Dana Perino, habí­a reconocido que el precio de la gasolina estaba «demasiado elevado». «Pero pienso que no serí­a honesto hacer creer al consumidor estadounidense que hay un medio de ajustar este tema con una medida a corto plazo», agregó.