La adicción de drogas y alcohol en los jóvenes es un problema latente, principalmente porque los programas de prevención aún no abarcan todo el territorio y los proyectos ni siquiera llegan en el idioma materno de cada lugar.
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Según la ex ministra de Gobernación, Adela Camacho de Torrebiarte, un alto porcentaje de jóvenes son adictos a las drogas o al alcohol. Aunque el problema se da en su mayoría en el área urbana, hay que tomar en cuenta que en provincia operan varios grupos de narcotraficantes, indica.
Las fuerzas de seguridad coinciden, pues hace algunos meses se dio a conocer que grupos del crimen organizado estarían reclutando jóvenes en Cobán y en el Oriente del país, para utilizarlos en la distribución de drogas y otros hechos ilícitos, pese a que los programas sí funcionan en el primer lugar y parte del segundo.
De acuerdo con í‰dgar Camargo, secretario Ejecutivo de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid), los programas llegan a San Marcos, Quetzaltenango, Cobán, Izabal, Chiquimula, Jalapa, Jutiapa, Quiché y Santa Rosa.
En esos puntos existen tres programas: Mis Primeros Pasos, dirigido a los niños de 4, 5 y 6 años, el cual consiste en la preparación sobre la presión de grupo; DARE, dirigido a los jóvenes de cuarto, quinto y sexto primaria, en la toma de decisiones acertadas, así como sobre las consecuencias del abuso de las drogas; PRONETI que capacita y sensibiliza a los líderes juveniles, maestros y padres de familia.
Camargo indica que Mis Primeros Pasos abarca a mil 500 personas, DARE a 30 mil y PRONETI a 300, sin embargo, buscan extenderlos a todo el territorio y buscar lo necesario para que éstos se impartan en la lengua materna de cada lugar, pues contribuiría a que los mensajes se difundan y se entiendan de la manera esperada.
El funcionario indica que es importante apostarle a la prevención, a través de un presupuesto que pueda llenar las expectativas, ya que actualmente sólo cuentan con Q3 millones 700, de los cuales el 65 por ciento se invierte en el área administrativa y logística y de allí un pequeño porcentaje se logra para los proyectos.
Mientras que la Embajada de Estados Unidos, por medio de la agencia antidrogas estadounidense (NAS), proporciona apoyo logístico en la impresión de documentos, elaboración de camisetas, realización de actividades, refacciones y capacitación para maestros, el monto de ello asciende a US $200 mil.
El representante de Seccatid indica que para llevar a cabo las metas previstas se necesitarían entre Q24 y Q28 millones, pero desafortunadamente para el próximo año el presupuesto podría disminuir a Q3 millones 100 mil. «Todavía se está analizando», afirma Camargo.
Según se dio a conocer, a través de las medidas implementadas se busca la reducción de jóvenes adictos, por medio de un proceso al que se le debe dar la importancia que amerita, se afirma.
EVALUACIí“N
José Felipe García, del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud en Guatemala, dice que para conocer si los programas dan resultado se debe realizar una evaluación de las actividades emprendidas y en base a ello fortalecer y mejorar los programas.
Además, es necesario capacitar a los replicadores de los programas en las distintas regiones y no impartirles un taller de sólo uno o dos días, pues los resultados no son eficaces.
Por otro lado, el representante del Movimiento señaló la importancia del acercamiento de Seccatid con organizaciones sociales que velan por los derechos de la niñez y adolescencia para consensuar en las áreas donde podría trabajarse y evitar el involucramiento de estos sectores con los narcóticos.
A criterio del defensor de los derechos de la niñez y adolescencia, con respecto a la implementación de los proyectos en idiomas mayas, es necesario se busque el apoyo de instituciones como la Academia de Lenguas Mayas y la Universidad de San Carlos y algunas escuelas superiores privadas, pues si se busca el vínculo con ellas los planes podrían ser prontos y positivos.
De acuerdo con el Seccatid los jóvenes inician a involucrarse con las adicciones a partir de los 13 años, le afecta tanto a hombres como a mujeres, no respeta estrato ni posición social.
Los lugares donde hay mayor población adicta es en la capital, Escuintla, Puerto Barrios, Xela, Sololá y La Antigua.
Según las autoridades de la institución la herramienta de prevención más importante es la comunicación entre padres e hijos; los progenitores juegan un papel predominante en la evasión de narcóticos, pues son ellos quienes deben informar y aconsejar a sus hijos sobre las consecuencias de las adicciones y evitar que gente inescrupulosa se les acerque.