El primer ministro británico, Gordon Brown, inició este lunes una contraofensiva para recuperar su credibilidad golpeada por la decisión de no convocar a elecciones anticipadas, multiplicando declaraciones y reuniones, y anunciando recortes de tropas en Irak.
El anuncio durante el fin de semana de que desistía de llamar a elecciones adelantadas le significó al primer ministro británico una lluvia de críticas: desde acusaciones de los conservadores de que se «acobardó» hasta editoriales donde se afirma que ha perdido credibilidad y autoridad.
Durante su conferencia de prensa mensual, que fue convocada de urgencia para este lunes al mediodía, Brown declaró que asumía «la total responsabilidad» de desistir de convocar elecciones anticipadas, decisión que según sus críticos ha demostrado su «indecisión» y «gran debilidad» de carácter.
«Asumo la total responsabilidad de lo que ocurrió», declaró Brown al día siguiente de que puso fin, en una entrevista con la BBC, a las intensas especulaciones sobre elecciones anticipadas que se habían apoderado del mundo político británico desde hacía varias semanas.
El primer ministro, que sucedió a Tony Blair el 27 de junio pasado, explicó que su decisión de no llamar a una consulta general antes del 2009 – tomada después de sondeos que mostraban un fuerte avance de los conservadores – obedecía a su deseo de «exponer su visión» para el futuro del país.
«Quería tener más tiempo para poder exponer mi visión para el país», principalmente en los campos de salud, vivienda, economía y educación, declaró Brown, que había dejado que la fiebre electoral se intensificara durante varias semanas en las que los sondeos daban la ventaja electoral a los laboristas.
Tras la conferencia de prensa, Brown pronuncia el lunes por la tarde una esperada declaración sobre Irak en el Parlamento, que se reúne por primera vez tras el receso veraniego, y se reunirá en la noche con los diputados laboristas, donde va a afrontar nuevos reproches.
Su declaración en el Parlamento debe definir los detalles de su plan de reducir las fuerzas británicas en el sur de Irak, de unos 5.250 tropas actualmente, a unas 4.500 a finales del año.
Pero Brown dejó vislumbrar que en ese discurso en el Parlamento anunciara recortes adicionales en el número de tropas en Irak, que tendrían lugar el próximo año.
Esa declaración en la Cámara de los Comunes «será mucho más global», y cubrirá «la seguridad, la reconciliación política y la restructuración económica», afirmó Brown.
Insistió en la rueda de prensa que la decisión de reducir las tropas en Irak no significa un «reconocimiento de derrota», al tiempo que aseguró que las fuerzas británicas están ganando la batalla para reestablecer un clima de seguridad en el sur de ese país.
Brown debe también anunciar también en el Parlamento que Gran Bretaña concederá el asilo para algunos cientos de iraquíes, entre ellos intérpretes que han ayudado al ejército británico desde la invasión a ese país, en marzo del 2003.