Rolando de Paz, integrante del equipo de auditorías concurrentes de la Contraloría General de Cuentas, dio a conocer ejemplos de cómo se escapan del control las acciones u omisiones de los funcionarios públicos.
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En reunión poco usual con diputados, se analizó la debilidad que existe en los controles internos de algunas instituciones cuando se trata de manejar el presupuesto asignado y su ejecución. De Paz les explicó a los comisionados de la Sala de Probidad qué ocurre, por ejemplo, en el Hospital General San Juan de Dios.
El funcionario les dio a conocer a los legisladores que la farmacia en ese centro asistencial está ubicada junto a un basurero y así una falta de control para la calidad.
Lo más alarmante fue al escuchar al auditor quien confirmó que en ese nosocomio -por ejemplo en el tema de alimentos-, cuando se trata del soporte de los documentos que se auditan, sí se compran de primera calidad la carne, las verduras, las frutas y los vegetales.
Pero lo adverso fue que Paz explicó a los legisladores que la realidad llega cuando a los pacientes les llegan alimentos pero de cuarta calidad; es ahí donde se pierde el control porque no se sabe qué ocurre con lo que se compró de primera o a dónde llega realmente.